La situación del PLD es difícil pero no se puede decir que vaya a correr el mismo destino que el PRD y el PRSC. Lo del partido blanco fue motivado por un éxodo, si no de la totalidad, de una mayoría de dirigentes y militantes, de un solo golpe. El PLD ha sufrido muchas pérdidas en un periodo de casi cuatro años, pero todavía queda gran parte de la dirigencia. En cuanto al PRSC, es evidente que la causa fundamental de su declive fue la desaparición física de su líder, Joaquín Balaguer. El PLD no solo tiene un líder, que es Danilo Medina, sino que ha sobrevivido con varios modelos de dirección, incluso con dos líderes que cohabitaron hasta que vino la división y Leonel Fernández formó tienda aparte. En conclusión, el partido morado tiene sus propios problemas, y no son pequeños, pero mayores posibilidades que los blancos y los rojos, no solo de sobrevivir, sino de seguir incidiendo como una de las principales fuerzas políticas del sistema, aunque por ahora no se vislumbre el retorno al poder.

Las batallas

En el PLD no habrá renovación total, ya se sabe que cambiará algo para que todo siga igual. Quizás puedan aplicar lo de “lo mejor de lo nuevo con lo mejor de lo viejo”, aunque parezca cliché, y la consigna sea prestada, porque es del antiguo PRD, pero ahora es lo que procede. Hay gente experimentada que sería clave en este momento, como los Francisco, Domínguez Brito y Javier García, pero las figuras del relevo también deben jugar un papel fundamental, sobre todo porque no tienen cola que les pisen. Los retos son muchos, porque el PLD tendrá que librar varias batallas al mismo tiempo, algunas internas y otras externas. La meta sería mantener el partido vivo y viable, pero es posible que por un tiempo se tenga que acostumbrar a un tercer lugar que no ocupaba desde 1994, o sea, hace 30 años.

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