En principio una pintura es una capa de pigmentos aplicados a una superficie. Es una composición de formas y colores. Pero también es una proyección de la personalidad del artista que lo pintó, una declaración de la filosofía de la época en que se produjo, y que puede tener un significado más allá de esa época, de ahí es de donde salen los clásicos. Wifredo Lam es un magnífico ejemplo de lo que se puede hacer con una superficie pintada y con una época: superarlas. Aimé Césaire lo describió como “Wifredo Lam, el primero en las Antillas que supo saludar la Libertad. Y libre, libre de cualquier escrúpulo estético, libre de todo realismo, libre de cualquier preocupación documentaria. Wifredo Lam mantiene, magnifica, la gran cita terrible: con el bosque, con el pantano, el monstruo, la noche, las semillas al vuelo, la lluvia, el bejuco, el epito, la serpiente, el miedo, el salto, la vida. […] Nutrido de sal marina, de sol, de lluvia, de maravillas y siniestras lunas, Wifredo Lam es quien hace un nuevo llamado al mundo moderno, al terror y al fervor primarios”.
El museo Reina Sofía, en Madrid, está presentando una exposición fantástica sobre una de las personalidades de comienzos del siglo 20 más atractiva, y más enigmática por sus raíces y por su producción artística. Curada por Catherine David presenta una buenísima selección de obras definitorias de su trabajo. En la muestra hay varias obras, de las más importantes, que pertenecen al coleccionista dominicano Rudman lo cual da una ideal del buen nivel del coleccionismo dominicano.
Nació en Cuba de un padre chino de 84 años, y una madre “negra colorá”, como él decía. Una mezcla étnica en el Caribe español que él celebraba como señal de identidad. Muchos estudios hacen demasiado hincapié en el tema del mestizaje en la obra de Lam; pero su obra dice eso y, sobre todo, más cosas. Si se ve, se mira, se estudia a Lam sin conocer sus orígenes étnicos no habría ningún comentario sobre tal mestizaje. Picasso al hablar del uso de máscaras africanas por Lam, cosa muy usual en Picasso, dijo “Está en su derecho, ¡es negro¡” una expresión que ha sido demasiado mal entendida o dicha por quien la dijo si con ello lo que quería era etiquetarlo de “étnico” y no de universal como ha demostrado.
Muchas obras de perfecto academicismo y otras de liberación se pueden ver en esta exposición. Hay mucho de lo que Lam realmente pintó, en lugar de lo que la gente se imagina que pintó basados en una repetición de los mismos clichés sobre algunos pintores latinoamericanos con etiqueta de “revolucionarios”.