Gracias a la gentileza de los ejecutivos y el director de elCaribe, se me presenta la oportunidad de retomar mi función de articulista de este prestigioso diario, luego de un poco más de tres años de ausencia.Para muchos fue una sorpresa mi designación como vicepresidente ejecutivo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) y mayor lo fue mi aceptación del cargo. Un gran amigo periodista, al entrevistarme en su programa, me refirió que al enterarse de la noticia comentó con su esposa que solo a alguien que no las tuviera todas consigo se le ocurría dejar de lado sus empresas para incursionar en un sector tan difícil como lo es el eléctrico, tan lleno de intereses encontrados.
Luego de sopesar la situación, luego de apreciar la magnitud de la responsabilidad que se me asignaba y de pensar en muchas razones para no hacerlo, acepté el reto y lo vi como una gran oportunidad de servir a nuestro país.
Los que me conocen saben que rendí una labor a la cual dediqué pasión y corazón. Agradezco al expresidente Leonel Fernández la confianza y el apoyo que depositó en mi persona.
En el ejercicio del cargo recibí muchas satisfacciones. Me enorgullezco y agradezco al comprometido equipo de trabajo conformado por directores, asistentes y empleados de todos los niveles que me acompañaron. Juntos fuimos capaces de que por primera vez el tema eléctrico no fuera un tema de campaña y de que en una encuesta llevada a cabo por un partido de la oposición el tema eléctrico solo preocupara al 3% de la población. Logramos, por igual, crear en todos los sectores sociales una visión diferente de este servicio y la importancia del mismo para el desarrollo del país y la construcción de un mejor futuro.
Por otra parte, recibí ataques que siento que no merecía. Las nuevas autoridades están realizando su trabajo y me he abstenido de referirme a este tema. No pienso dedicarme a escribir sobre electricidad, aunque este es un tema que será siempre de mi interés.
Nuestro país tiene muchos otros problemas sin resolver, la pobreza nos arropa, la desigualdad estremece, la falta de oportunidades preocupa y muchos tenemos la preparación y la capacidad para contribuir a sus soluciones. Trabajemos juntos desinteresadamente, sin rencores, sin maldad, sin odio, sin envidia. Solo así saldremos adelante y nuestros hijos y nietos vivirán en un país más fuerte, más justo, con oportunidades para todos.
Hace unos días leí una cita del expresidente de Estados Unidos, George W. Bush, que quiero dejar plasmada en este primer artículo “Perseverar en el cumplimiento de su deber y guardar silencio es la mejor respuesta a la calumnia”.