Ser totalmente sincero no siempre es lo mejor, ni lo más seguro a la hora de comunicarse con seres emocionales. Sabemos que todos somos seres emocionales, aunque a algunos la emoción le venga vía el razonamiento crítico. Por eso es que los políticos tienen su propio lenguaje para comunicarse con quienes quieren captar para obtener su voto. Pero una cosa es saber comunicarse con seres emocionales y otra es vender mentiras o, peor aún, ocultar intenciones deliberadamente.
El debate más interesante del momento lo ha traído un grupo que normalmente no se mete en política directamente: los cristianos no católicos. Hacer un listado de los políticos que se postulan a cargos electivos que incluya sus posiciones sobre temas de vital importancia para sus creyentes es algo novedoso y enriquecedor para la democracia. Los comunistas, ambientalistas, pro-esto o pro-aquello siempre han fabricado sus listas de políticos, empresarios o intelectuales que ellos consideran contrarios a sus credos ¿por qué los religiosos o nacionalistas no pueden hacer sus listas de quienes ellos consideran son pro-aborto, pro-matrimonio homosexual o pro-haitianos?
La cacareadora izquierda y los grupos vocingleros y auto-denominados progresistas y demócratas se están rasgando las vestiduras por el anuncio de un grupo que va a dar información a sus adeptos para que tengan una idea de qué piensa cada uno de los candidatos sobre temas que son parte esencial de su quehacer diario. Eso es democracia, y eso es la era de la comunicación, la era de la transparencia.
Uno de los problemas que nos ha llegado sin estar preparados es que se necesitan nuevas ideas políticas para los nuevos modelos de gobierno que necesita la sociedad actual. No se puede seguir con los discursos vacíos y eslóganes mentirosos como “Primero la gente” o “Haré lo que nunca se ha hecho” sin decir qué es lo que en verdad hará y qué es lo que en verdad piensa y hace sobre temas específicos.
Los llamados “evangélicos” son ruidosos, la mayoría tiene poca formación académica y aún así te dicen qué debes hacer con tu vida para que vayas al cielo, o qué te va a ocurrir cuando mueras si te gusta el sexo anal, como si ellos supieran o tuvieran información confidencial del más allá. Yo creo que en general no son un grupo de religiosos que tengan muchas luces en sus cabezas; pero en este caso la razón y el derecho están de parte de ellos.
¿Cuál es el peligro? Que a partir de ahora los políticos se infiltren y tomen el control de esas iglesias cristianas y tengamos que aguantar a un “evangélico” con un alta-voz o a pleno galillo diciéndonos por quién votar.