Votar sin saber las consecuencias

La banalización de todo está arrastrando a Europa a su ruina; es la civilización del espectáculo fácil y efímero. Hacen unos cuantos “memes” sobre cualquier tema y se dan por satisfechos. Mientras, los musulmanes se toman tan en serio su fanatis

La banalización de todo está arrastrando a Europa a su ruina; es la civilización del espectáculo fácil y efímero. Hacen unos cuantos “memes” sobre cualquier tema y se dan por satisfechos. Mientras, los musulmanes se toman tan en serio su fanatismo religioso que se revientan a sí mismos con tal de matar “infieles” a Alá.El Reino Unido, no tan unido ahora por el “Remain” de Escocia e Irlanda del Norte, acaba de expresar su deseo de salir de la Unión Europea. Peor aún, Londres acaba de elegir como alcalde a un musulmán.

El Brexit parece ser otro desastre del “Un hombre, un voto”. Después de votar por algo es cuando averiguan cuáles serán las consecuencias de ese voto. Esto es lo que ocurre con las consultas a la ligera que trasladan al votante los problemas que deben ser resueltos por los políticos elegidos anteriormente para representarles. Cameron cometió el error de hacer una pregunta cuando él no sabía cuál sería la respuesta. Si no sabes qué van a responder entonces no preguntes, diría un político con experiencia, porque si alguien deja la puerta abierta pueden entrar los perros equivocados, como pasó con Podemos en España. O como Dios se equivocara expulsando del Paraíso a Adán y a Eva; pero no a la serpiente que era la verdadera culpable junto a él por permitir semejante bicho.

Parece que ahora es el Reino Unido el que tiene problemas grandes, y no con su permanencia en la Unión Europea. El referéndum no parece ser tan vinculante porque deben derogarse muchas leyes a través del Parlamento y si los parlamentarios son sabios no tendrán porqué derogarlas. Otro problema es que Escocia e Irlanda del Norte podrían llamar a referéndum para decidir entre Europa y el Reino Unido, porque ya ellos expresaron su deseo de seguir siendo europeos y otros les han dicho que no. Cameron se metió en esos problemas por su oferta populista de campaña. Una oferta de campaña no es vinculante.
Los socialistas españoles para ganar su primer gobierno, con Felipe González, prometieron no entrar en la OTAN: “OTAN de entrada no” era su eslogan de campaña; pero cuando se hicieron con el poder su eslogan fue “OTAN si”. El populismo sólo sirve en campaña, para engañar a los ingenuos. Por eso hay que huir de los populistas como de la peste.

Los jóvenes del Reino Unido se quejan de que el voto separatista contra la Unión Europea les ha quitado la oportunidad de vivir y trabajar sin problemas en 27 países y, además, los mantiene anclados a unas estructuras de poderes monárquicos heredados que cada vez son más anacrónicos.

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