A qué me refiero con eso de la comprobación, a que hay muchas familias en las que se da otro tipo de abuso y que muchas veces es igual de dañino, el psicológico o emocional.
Estos casos se dan en diferentes tipos de personas, no vayan a pensar que somos las únicas víctimas, en esta también entran los hombres, los hijos, los ancianos, en fin, sólo hace falta uno que se sienta con poder y otro que se deje intimidar.
No obstante, dependiendo del tipo, son conocidos con diferentes nombres, en el caso de la familia es violencia psicológica intrafamiliar, en el mundo laboral se conoce como “mobbing” y en el plano escolar se le llama “bullying”.
El asunto aquí es saber que no importa que no haya marcas en tu cuerpo o dolor externo, si sientes que tu pareja, tus padres, tus hijos o tu jefe te hace sentir menos, te ridiculiza, intimida, manipula o te hace sentir culpa por algo, entonces puedes ser una víctima de este mal. La persona que maltrata necesita que entiendas que dependes de ella, que su opinión es la que cuenta o que le haces daño cuando no accedes a lo que le pides.
El maltrato psicológico como proceso puede durar años y haberse iniciado de una forma casi imperceptible, simplemente con una atención excesiva y cierta sobreprotección, que va asfixiando toda posibilidad de relación de la persona con su entorno.
Hay formas de agresión que son insospechadas, que ni el mismo maltratador se da cuenta de que la ejerce. Se trata de esas personas que son sobreprotectoras, rodean a la víctima de atenciones y cuidados, impidiendo que puedas desarrollarte, tu independencia arruina su poder y por tanto no puede permitirla. Claro, nunca te forzará a mantenerte en la caja de cristal que ha fabricado para ti, eso la pondría al descubierto, por el contrario, te hace entender que lo hace por tu bien, para cuidarte.
El maltrato psicológico utiliza como vehículo el lenguaje, la palabra principalmente, pero también el lenguaje de los gestos y determinados comportamientos no violentos pero si molestos.
Retrato de una persona con maltrato psicológico
- Síntomas y manifestaciones
- Dolores de espalda y articulaciones.
- Irritabilidad.
- Cefaleas.
- Insomnio.
- Fatiga permanente.
- Tristeza, ánimo deprimido y ganas de llorar sin motivo aparente.
- Ansiedad y angustia.
- Inapetencia sexual.
