No hay oración sin respuesta, pero tampoco hay oración sin obstáculos. Una muestra clara está narrada en Daniel 10:12 cuando siendo visitado por el ángel Gabriel, éste relata las fuertes interferencias que enfrentó para traer la respuesta divina a sus plegarias. Fueron 21 largos días de oposición, lo suficiente como para desanimar a cualquiera y pensar que Dios no nos oye, no nos ama, no se interesa de nuestras situaciones o simplemente llega tarde. Pero la respuesta y ante todo el mensajero, demuestran todo lo contrario.
La capacidad de respuesta de Dios sobrepasa las oposiciones así como las mismas peticiones. El Padre envía al mismo jefe y comandante de sus huestes celestiales, si es necesario. No temas, lo que al Señor has pedido, viene en camino!