Víctimas de la delincuencia enfrentan traumas

Santiago.- A Juan Bautista Díaz el ser asaltado no solo le dejó la secuela de temor psicológico constante, sino que los golpes ocasionaron problemas auditivos y de visión al afectar un órgano del cerebro. El obrero de la construcción…

Santiago.- A Juan Bautista Díaz el ser asaltado no solo le dejó la secuela de temor psicológico constante, sino que los golpes ocasionaron problemas auditivos y de visión al afectar un órgano del cerebro.

El obrero de la construcción dice que desde aquel fatal día no puede recobrar el sentido gustativo. Y es que la golpiza propinada le afectó un órgano del cerebro que ahora le impide poder trabajar con normalidad en su labor de carpintería. 

“Duré seis días interno en el hospital para asegurados, cuando desperté pensaba que estaba en mi casa, peor mi esposa me recordó que permanecía en un centro de salud afectado por los golpes propinados por los delincuentes”, expresa Díaz al ser entrevistado por El Caribe. 

Hoy día, solo agradece a un consumidor de drogas de los llamados piperos que fue el único que salió en su auxilio cuando vio que los ladrones le tiraron una motocicleta encima para despojarlo de sus pertenencias y lo dejaron en estado agónico.  Ese día Juan Bautista se dirigía a tomar un motoconcho para dirigirse a su comunidad Ensanche Bolívar al norte de Santiago.

 En el caso de Sugeidi María Gil Montesinos,  la estudiante de medicina raptada y violada sexualmente, la pasada semana, sus padres se resisten a hablar del caso, pues dicen los daños emocionales son muy grandes.  

Gil Montesinos, de 22 años de edad salía de la universidad UTESA, para su residencia en la urbanización de la prolongación Padre las Casas, cuando fue interceptada por los dos hombres quienes la obligaron a la fuerza a entrar a un vehículo. 

El pasado lunes, una estudiante universitaria fue despojada a la fuerza de su cartera y su teléfono móvil, frente a las instalaciones de El Caribe y CDN, en la calle República de Israel, del sector Reparto del Este.

 El impacto de verse como era despojada de sus pertenencias, impidió que pudiera siquiera expresar una palabra. En el año 2013, los niveles de criminalidad lograron disminuir en Santiago, aunque no así la percepción en la población ni los casos de atracos y robo en residenciales.  En el municipio cabecera son reportados entre diez y quince robos y atracos por día, a pesar que ha disminuido las muertes violentas.

En ese período de tiempo 165 santiaguenses han caído víctima de la violencia, una gran parte fueron feminicidios, ajustes de  cuenta y atracos.    

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