A juzgar por los últimos acontecimientos escenificados a lo interno del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) con su incondicional apoyo y alianza con el oficialista Partido de la Liberación Dominicana, cobra cada vez mayor auge el vaticinio sobre su posible colapso final.
Está claro que la existencia del Partido Reformista como tal va a depender de los resultados de las próximas elecciones generales del 20 de mayo venidero.
La mayoría de la cúpula de ese partido son funcionarios del Gobierno, empezando por su presidente el actual ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Morales Troncoso, principal propiciador del acuerdo de apoyo al candidato presidencial del PLD, Danilo Medina. Tal acción se llevó a cabo en contraposición con un elevado número de importantes dirigentes, miembros de las bases y simpatizantes del PRSC que favorecían concurrir a las próximas elecciones con candidaturas propias, conforme a resultados del Tercer Congreso Joaquín Balaguer.
Muchos connotados dirigentes del partido colorao, como Alexis Joaquín Castillo, los ingenieros Guillermo Caram, Pedro Bretón y otros destacados líderes y simpatizantes del balaguerismo, han apoyado a Hipólito. En definitiva, el PRSC se encuentra dividido entre los que favorecen la alianza con el PLD y los que aspiran a que su partido trille su propio camino con candidaturas propias en los próximos comicios. También están los reformistas que favorecen una alianza con el Partido Revolucionario Dominicano en apoyo a la candidatura presidencial del ingeniero Hipólito Mejía y Luis Abinader.
Sin duda alguna hay que colegir en que esas diferencias a lo interno del PRSC, tal como lo ha sostenido su aspirante a la candidatura presidencial Ito Bisonó, habrá de reflejarse en los resultados de los próximos comicios del 20 de mayo venidero. Pero, a juzgar por la ejecutada acción del grupo que sigue a Morales Troncoso y otros miembros de la cúpula funcionarios del actual gobierno del presidente Fernández, una vez concluido el actual proceso comicial pudiera quedar sellado definitivamente el destino final que le aguardaría a esa otrora poderosa organización política de oposición.
