Sin mencionar a China, Vargas Llosa dijo que en su novela de 1969 “Conversación en la Catedral” quiso mostrar “cómo un gobierno dictatorial y autoritario corrompe a toda la sociedad” y “envenena efectivamente las actividades menos políticas, aquellas actividades que están más alejadas de la política, corrompiéndolas y degradándolas”.
“La política no debe quedar en manos solamente de los políticos porque entonces la política empieza a tomar el camino equivocado”, dijo. “Cada ciudadano debe participar de la vida política de su tiempo. Y de esa participación pueden resultar las mejores opciones”.
La información en los medios estatales chinos el miércoles se ciñó a los comentarios de Vargas Llosa sobre literatura y cómo las innumerables entrevistas desde que ganó el premio Nobel trastornaron su vida y su trabajo.
El año pasado, Vargas Llosa expresó su apoyo al disidente encarcelado Liu Xiaobo, premio Nobel de la paz, a quien el gobierno considera un criminal.
Liu fue condenado a 11 años de cárcel en 2009 por “incitar a la subversión del poder estatal”.
Vargas Llosa está realizando una visita académica de nueve días por invitación de la Academia China de Ciencias Sociales, un organismo oficial cuyo Instituto de Literatura Extranjera le otorgará el título de investigador honorario el jueves. Otros premios Nobel en el pasado han recibido el mismo reconocimiento.