Las huelgas en el área educativa como en el área de salud, son odiosas. Máxime cuando afectan a los más pobres. No hay forma de justificarlas en estos casos. Entonces ¿por qué ocurren? ¿Son tan irracionales quienes las realizan? Una mirada más profunda es ver además las causas de las huelgas desde otro ángulo: mayúsculas irresponsabilidades de los gobiernos. Es esa una introducción obligada para entender la valía de la Asociación Dominicana de Profesores –ADP- a sus 46 años.
Hay conquistas no sólo en el área educativa, sino para la propia vida democrática que no hubiese sido posible sin la contribución de las maestras y maestros organizados. Antes de la ADP y a partir del 7 de septiembre de 1961 existió la Federación Nacional de Maestros -FENAMA- y en las luchas contra los remanentes de la dictadura de Trujillo y por la democratización del país fueron muy importantes sus contribuciones.
Desde el 13 de abril de 1970 entra al escenario la ADP no sólo como la continuidad de FENAMA, sino su superación dialéctica. Las contribuciones de la ADP a la lucha por el respeto a los derechos humanos y el fortalecimiento democrático fueron significativas.
En lo educativo, no hubiese sido posible el Plan Decenal de Educación a partir de 1992, la Ley de Educación 66-97 y la Transformación Curricular, sin la contribución de la ADP. Y tales aportes están entre los instrumentos del área hoy en día más avanzados de América Latina y el Caribe. Proceso de aportes al país que alcanza su culminación con la conquista del 4% del PIB para la educación preuniversitaria y el Pacto por la Educación que se firmara en el Palacio Nacional el 1ro. de abril del 2014.
Hoy la ADP no hace marchas ni huelgas; pero hoy además la inversión en educación no es el 0.9% del PIB como lo era en el 1991, tampoco los sueldos de las maestras y maestros están por debajo del salario mínimo como acontecía entonces.
Es muy auspicioso saber además que la ADP ha asumido como su principal estandarte en la actualidad la lucha por la calidad de la educación, cuando a pesar de todos los grandes esfuerzos el país se encuentra al respecto entre los últimos lugares en el mundo. Sólo con la contribución de la ADP en coordinación con las autoridades se puede resolver en el corto plazo el retraso de décadas en calidad de la educación.
A sus 46 años la ADP se dispone a realizar junto a las autoridades otra gran marcha: La Marcha hacia la Calidad.