El programa de construcción de infraestructura de la actual administración es mucho más racional que el de su antecesor, con un sentido de utilidad centrado en las prioridades que el segundo no tenía. El ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, ha resaltado sus objetivos asegurando que el presidente Danilo Medina ha sido claro al señalar que cada obra debe responder a una necesidad nacional, “no construir una carretera por construirla”.
La racionalidad proviene no solo del tipo de proyecto sino también de los recursos que se emplean. La modalidad del uso de los fondos provenientes del pago de peajes para financiar otras obras que a su vez generarán más recursos sienta un precedente en materia de protección del dinero público. Con los fondos así obtenidos se construye la Circunvalación de la ciudad, la obra de infraestructura vial más importante, porque conectará a las cuatro regiones del país y le quitará a la capital un volumen enorme de tráfico, con un apreciable ahorro de combustible y tiempo en el transporte mercancías de una región a otra.
El excesivo tráfico vehicular está haciendo la vida en Santo Domingo muy difícil, con enormes pérdidas de tiempo y recursos, largas horas de congestionamiento del tráfico y un costo incalculable para la economía y el ritmo de la actividad comercial.
La segunda fase de esa carretera, de cuatro vías y construida con la más avanzada tecnología, le ahorrará al país muchos recursos y hará más fácil y rápida la interconexión entre una región y otra. Esta fase está prevista para entrar en servicio a finales de mes y se espera que la Circunvalación esté concluida el año próximo.
La puesta en servicio de esta carretera garantizará un tráfico de personas y mercancías a menor costo y con mayor rapidez de un extremo a otro del país, sin necesidad de pasar por la capital. Con ella el país mejorará su red vial, que es la más completa y moderna de toda nuestra región.