Gran parte de la juventud dominicana atraviesa actualmente por una lamentable situación de pobreza y desatención generalizada que lleva a muchos de ellos a caer en el peligroso camino de los vicios y la delincuencia.Prácticamente a diario se informa de la ocurrencia de actividades antisociales, principalmente atracos y asaltos, contra la población indefensa de parte de jóvenes, a veces de corta edad, que procuran obtener dinero de una manera fácil, sin importar los riesgos a que se exponen.
Hay que convenir en que tal situación se genera principalmente por la falta de fuentes de empleos y la deficiente o escasa educación que hoy adolece una gran parte de la juventud digna de una mejor suerte.
Ahora que el presidente, doctor Leonel Fernández acaba de exponer en su comparecencia ante la Asamblea Nacional lo que considera principales logros de sus gobiernos, resulta oportuno llamar su atención para que en una próxima alocución suya, pueda incluir entre sus principales realizaciones como estadista, el rescate de tantos jóvenes hoy desorientados abandonados a su suerte.
Buen ejemplo
A propósito del tema, un buen ejemplo a ser tomado en cuenta en el referido aspecto es el del reformatorio para menores de la ciudad de San Cristóbal que lleva varios meses sin recibir la subvención de 600 mil pesos mensuales que le pasa el Estado a través del Ministerio de Salud Pública.
Según testimonio ofrecido por el padre Francisco Solís, de la congregación Terciarios Capuchinos, entidad dedicada desde hace 56 años a la reeducación de los menores en conflicto con la ley, dicho reformatorio sufre serias dificultades por la insuficiencia de la subvención oficial que recibe.
Indicó el religioso que aparte del gasto de personal docente y administrativo, el IPM tiene que cubrir la manutención de los internos, que actualmente llegan a 75 adolescentes.
