La música compuesta por el maestro José Reyes alcanzó un éxito inmediato. No tanto así sus letras, que según datos obtenidos en la página de la Presidencia de la República, afirman que su contenido tenía errores en cuanto a referencias históricas y defectos en su construcción métrica. Por eso, su autor, Emilio Prud’Homme, se vio en la obligación de modificarla y presentar en 1897 una versión corregida, que puso fin a las críticas lanzadas por la clase intelectual del país.
Con la aprobación del contenido, el entonces presidente de la República, Ulises Heureaux, envía un proyecto de Ley al Congreso para que se adopte como Himno Nacional. Por su asesinato, ocurrido dos años más tarde (1899), no hubo ocasión de ser promulgado. Sin embargo, ya había empezado a escucharse en las actividades oficiales.
No fue sino hasta un siglo después, el 30 de mayo de 1934, durante el gobierno dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo, que se adopta formalmente la composición de Emilio Prud’Homme junto a la música de José Reyes, como el Himno Nacional Dominicano, quedando consagrado desde entonces en nuestra Constitución como parte de los Símbolos Patrios.
“Azua fue la primera provincia fuera del país en la que se interpretaron las notas músicales del Himno Nacional”.