Último capítulo en el juicio contra el médico de Michael Jackson

 Los Angeles – La acusación, con sus 33 testigos, se lo puso difícil al cardiólogo Conrad Murray. La defensa del ex médico personal de Michael Jackson llamó a declarar a otras 16 personas, y reputados expertos en tr

 Los Angeles – La acusación, con sus 33 testigos, se lo puso difícil al cardiólogo Conrad Murray. La defensa del ex médico personal de Michael Jackson llamó a declarar a otras 16 personas, y reputados expertos en tranquilizantes disputaron un auténtico duelo dialéctico ante los miembros del jurado.

La sala de juicio se asemejó por momentos a un laboratorio químico o a un centro de atención de enfermos, donde los testigos aparecieron con resultados de laboratorio e inyecciones. Otras veces parecía más bien una sala de conciertos en la que se mostraban los videos del artista. Los padres de Jackson y sus hermanos estuvieron casi diariamente como espectadores.

Ahora, tras seis semanas de juicio y centenares de pruebas, las cinco mujeres y siete hombres del jurado tendrán que decidir qué ocurrirá con Murray. ¿Es el cardiólogo de 58 años un hombre avaricioso, un médico sin conciencia que administró negiglentemente somníferos y tranquilizantes al rey del pop? ¿O fue el propio Jackson quien el 25 de junio de 2009 se tomó en secreto la dosis letal, movido por sus miedos y su insomnio? El momento exacto en que el jurado emitirá su veredicto aún no se sabe.

Más de dos años después de la muerte del cantante, abogados y testigos han pintado una imagen muy contradictoria del médico, que está acusado de homicidio negligente. Los antiguos pacientes de Murray lo alabaron, calificándolo de meticuloso y dispuesto ayudar, y señalando que en algunos casos incluso renunció a cobrar por su trabajo. La acusación, en cambio, señala que al galeno lo que le interesaba era en primer lugar su sueldo de 150.000 dólares mensuales, y que actuó de forma negligente con el cantante.

   Los miembros del jurado tendrán que decidir a quien creen, si al especialista en tranquilizantes de la oposición, Steven Shafer, o al de la defensa, Paul White. Ambos presentaron en sus interrogatorios y vistas cruzadas teorías muy distintas sobre las últimas horas de vida de Jackson.

   Shafer acusó a Murray de ser responsable de “cada gota de propofol en la habitación de Jackson” y, por tanto, “directamente” de su muerte. Presentó 17 errores “incuestionables” y “horribles”, desde los intentos de reanimación hasta que el médico no llamó de inmediato a urgencias cuando encontró al artista inconsciente en su cama. Según Shafer, todo apunta a que el médico administró por la vía intravenosa a su insomne paciente una gran dosis de tranquilizantes.

   El anestesista calificó de “locura” la teoría de la defensa sobre que Jackson se habría inyectado solo los tranquilizantes cuando su médico no estaba en la sala. Pero para su colega White, ésta es la única explicación teniendo en cuenta los resultados de la autopsia, medidos en la orina, sangre y en el estómago del cantante. Estos apuntan a que Jackson podría haber accedido a dosis de propofol sin que lo supiera su médico, después de haber ingerido en secreto el tranquilizante Lorazepam. “No creo que Jackson conociera el peligro potencial”, señaló White.

Según los resultados forenses, Jackson, de 50 años, murió en junio de 2009 debido a una “intoxicación aguda” con propofol, mezclado con otros tranquilizantes. Murray confesó en el interrogatorio policial que había administrado leves dosis de propofol al insomne cantante. El rey del pop, presionado por sus conciertos de regreso en Londres, pedía constantemente su “leche”. Normalmente, el propofol se inyecta sólo antes de las operaciones o en la planta de cuidados intensivos de un hospital y requiere vigilancia constante del paciente.

 Hasta el final no se supo si Murray se defendería a sí mismo ante el jurado. El martes, casi en el último momento antes del cierre del proceso, el médico rechazó sentarse como testigo. Así, a los miembros del jurado les queda sólo el texto de su interrogatorio policial de dos horas y media en junio de 2009, dos días después de la muerte del cantante. Pero aunque el jurado crea que Murray sólo inyectó una pequeña dosis al artista y fue éste quien se administró en secreto la dosis letal, no significa que el médico quede absuelto.

La acusación considera a Murray culpable sólo por el hecho de conseguir los medicamentos que causaron la muerte a Jackson. Para algunos de los fans del rey del pop, hace tiempo que está clara la responsabilidad. “Asesino, asesino”, gritaba esta semana un fan ante el tribunal de Los Angeles, captado por las cámaras de la CNN. El hombre fue expulsado del edificio.

También la familia de Jackson instó tras la muerte del artista al procesamiento del médico. “Él lo mató”, dijo la madre del cantante, Katherine Jackson. “No cuidó de él”, añadió. Si Murray es declarado culpable de homicidio negligente se enfrenta a hasta cuatro años de cárcel.

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