La crisis de la Unión Europea no culmina, y se mantienen los nubarrones grises. Italia y España siguen aun en la mira de los mercados. Para nosotros esto es mala noticia pues históricamente hemos dependido de sus turistas, tanto para los hoteles como para los desarrollos inmobiliarios.
Si tomamos como parámetro la caída de Lehman Brothers, los turistas que recibimos de Europa en el 2008 son ahora en el 2012 un 19% inferior, específicamente para España un 36% menos y para Italia un 32%.
La contracción de los turistas europeos coincide con la merma de las inversiones inmobiliarias. Para tener una idea, sólo comparemos el flujo de inversión extranjera inmobiliaria que recibimos en el 2008, de US$527 millones, con los US$149 millones alcanzados en el 2011, una contracción del 71%. Esto nos da una idea del impacto que ha tenido en nuestro país la crisis financiera internacional. Si bien en la gran mayoría de los inmuebles nacionales no se han visto contracciones de precios como en el mercado estadounidense, no es menos cierto que la actividad económica en este sector ha estado estancada, y puede ser parte de la explicación del por qué a pesar de que hemos pasado por un año electoral, el sector de la construcción ha tenido una tasa de crecimiento negativa. Algunos analistas internacionales indican que los precios de las propiedades en España no han tocado fondo, pues los españoles cuentan con seguros de desempleo de hasta cuatro años, por lo cual en los próximos dos años si no vemos una importante reactivación de la economía española, podríamos ver una baja mayor en los precios de sus inmuebles. Esto no nos conviene pues se tornará más atractivo para los europeos buscar oportunidades en las zonas costeras de España o Italia que en costas caribeñas.
En el corto plazo es poco probable que Europa juegue un rol para reactivar nuestro turismo, y en particular el inmobiliario, influyendo en los precios de las propiedades.
Ahora bien, nuestros operadores turísticos en los últimos años se han diversificado hacia otros mercados. Suramérica ha sido una estrella brillante. Si comparamos sus flujos con el año del inicio de la crisis, los turistas suramericanos han aumentado un 109%, liderados por Argentina, Brasil y Chile.
Sin embargo, es poco probable que estos realicen compras inmobiliarias. Otros turistas como los rusos han crecido en un 206%, abriendo oportunidades aunque limitadas. El área donde existen potencialidades se concentra en los turistas canadienses y estadounidenses, los cuales representan más del 50% de los visitantes que recibimos. Es aquí donde se pueden abrir oportunidades inmobiliarias, pero para esto debemos reenfocar nuestra oferta a las necesidades de estos dos mercados.