Un largo rosario de contratiempos es lo que ha caracterizado el montaje de la XX Copa Mundial de la FIFA que se llevará a cabo del 12 de junio al 13 de julio en 12 ciudades de Brasil. En este caso, las dificultades han sido de índole financiera, protestas, cuestionamientos, seguridad laboral, impuntualidad en la terminación de los estadios y trágicos accidentes.
Después de que Brasil montara la Copa Mundial de Fútbol de 1950, se tiene la creencia de que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) nunca pensó que el país Sudamericano iba a confrontar tantas dificultades.
Al apegarse al criterio de rotación continental, la FIFA eligió en el 2004 a Sudamérica como sede de la Copa Mundial de 2014. Pero extrañamente, solo dos naciones (Brasil y Colombia) presentaron sus candidaturas oficiales el 18 de diciembre de 2006 a pesar del entusiasmo de muchos países.
Luego de algunos meses de haberse inscrito para discutir por el montaje de la copa, Colombia retiró su candidatura y Brasil quedó como única nación candidata, siendo designada oficialmente por la FIFA el 30 de octubre de 2007.
Después del anuncio oficial de Brasil como sede para el montaje del evento, un total de 18 ciudades presentaron candidaturas al comité de inspección de la FIFA, de las cuales fueron ratificadas 12 donde se realizarán los partidos del Mundial.
Atraso, inversión y crítica
Con la finalidad de verificar cualquier falla, la FIFA pone como fecha límite que los estadios que albergarán los partidos estén terminados con seis meses de anticipación.
Los organizadores de la Copa Mundial de Brasil hace rato que incumplieron y al entrar el 2014, seis de los 12 estadios no están completados. Las otras seis sedes habían sido acabadas para la Copa Confederaciones 2013.
Otro aspecto han sido los altos cuestionamientos a que, si realmente valdrá la pena tan alta inversión en la construcción de las obras. La Arena Amazonia debe ser entregada al término de este mes, pero el estadio de Sao Paulo no podrá estar listo hasta abril.
En tanto, la Arena da Baixada, en la ciudad sureña Curitiba, cuyas obras se han visto afectadas por dificultades de conseguir financiamiento, no se completará entre marzo y abril.
El estadio Beira-Rio Stadium en Porto Alegre, otra ciudad sureña, debe estar listo en enero y la Arena Pantanal en la ciudad Cuiaba debe estar lista en febrero.
El estadio Arena das Dunas, en la ciudad de Natal, fue entregado simbólicamente el pasado 31 de diciembre, pero el recinto no estará del todo listo hasta el término de este mes con el encendido de las luces y se cree que la inauguración oficial será el 20 de este mes.
Tres obreros de construcción murieron en estadios en los últimos meses del año. Uno cayó desde una altura de 35 metros en la Arena Amazonia en la ciudad de Manaos y dos fallecieron cuando una enorme grúa se derrumbó cuando intentaba colocar el techo del estadio que albergará el partido inaugural en Sao Paulo el 12 de junio.
El costo real del torneo
Según informes, el presupuesto original del país para los estadios era de menos de un billón de dólares, que se supone sería financiado totalmente por la iniciativa privada. Pero eso no salió conforme a los planes. El presupuesto actual y que se elevará, es de aproximadamente 3.5 billones de dólares, financiado casi en su totalidad por los contribuyentes brasileños, que han expresado descontento por encontrarse en esa situación tan difícil.
Otra infraestructura relacionada con la Copa del Mundo, entre los que se citan caminos hacia los estadios, seguridad y algunos intentos para fortalecer el transporte público, costará tres veces más que esa cifra. También retumban las interrogantes sobre el alto costo en que incurrirá gran parte de las ciudades como Brasilia, Manaos, Cuiaba, Nacional y Natal en el mantenimiento de los estadios ya que, por las ubicaciones, se hace difícil que sean utilizadas en otras actividades después de finalizado el torneo.
La población brasileña prevé esta situación, pues según reportes, los organizadores han vendido la idea de que la Copa del Mundo contribuirá al desarrollo en diferentes aspectos de la sociedad. Sudáfrica, donde se llevó a cabo la más reciente sede, es el espejo donde actualmente se está viendo el pueblo brasileño.
Los políticos prometieron que la Copa del Mundo de 2010 transformaría la economía. El crecimiento económico sudafricano se fue a la baja durante el torneo, según los reportes.
Informes aseguran que la mayoría de los estadios que construyó Sudáfrica para el torneo son ahora elefantes blancos y que nunca tuvo necesidad de ellos.
Se afirma también que el gasto en la Copa del Mundo es casi una pérdida porque las cosas que se necesitan para un torneo de fútbol prácticamente nunca se necesitan para la vida diaria.
Las reclamaciones de Blatter
Primero hubo elogios, luego impaciencia, más tarde preocupación, después elogios de nuevo y ahora, que el tiempo apremia, apareció el enojo. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se pronunció enérgicamente y criticó con más dureza que nunca a la organización de Brasil: “Acaban de darse cuenta, comenzaron demasiado tarde. Es el país con más retraso desde que estoy en la FIFA”, dijo Blatter.
Pero no solo han surgido pronunciamientos en torno al tiempo de organización, que ya son siete años, sino que el técnico suizo, Ottmar Hitzfeld, cuestionó la sede de Manaos por la distancia.
“Me parece casi irresponsable que uno tenga que jugar fútbol en un lugar así en medio de la selva amazónica”, dijo Hitzfeld. “Creo que lo determinante en esa decisión ha sido el comercio”, agregó el seleccionador.
Lo que sí es seguro que a la hora de que arranque la Copa del Mundo, todas estas críticas, así como los contratiempos serán cosas del pasado, como ha acontecido en ediciones anteriores.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, le respondió al dirigente suizo desde su cuenta de Twitter: “La demanda de entradas -la mayor en todas las Copas- demuestra que los hinchas del mundo entero confían en Brasil” y cerró con un esperanzador: “Brasil organizará la Copa de las Copas”.