La abogada especialista en la ley de migración, María José Fletcher, aseguró que la falta de confianza en las autoridades, la vergüenza y el temor de perder sus empleos, constituyen las causas que impiden que las víctimas de trata denuncien a los tratantes.En una entrevista con elCaribe, la experta en trata de personas y violencia intrafamiliar y de género, explicó que de acuerdo a las estadísticas comprendidas entre el año 2010 y 2012, de los casos que reciben las más de 30 organizaciones que trabajan por los derechos de los inmigrantes en los Estados Unidos, cerca del 60 por ciento de las denuncias de abusos recibidas, corresponden a trabajos forzados, impuestos a hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes, el resto corresponde a la explotación sexual comercial.
“Antes creíamos que el 80 por ciento era por la trata sexual, pero esa no es la realidad. Explicó que cualquier persona, en condiciones vulnerables, puede ser víctima de trata, aunque las estadísticas revelan que mayormente las niñas y niños y mujeres son las más afectadas.
La doctora Fletcher ha visitado el país en tres ocasiones y ha trabajado de cerca en la elaboración de la legislación dominicana que sanciona la trata y la explotación sexual comercial, ha ofrecido asesoría y aportado ideas en cuanto al trato, ayuda y acompañamiento que debe recibir alguien que ha sido víctima de trata y explotación sexual u otro tipo de violencia, para que recobre la confianza en sí mismo y en los demás. En ese sentido, resaltó la importancia de que los tratantes cumplan sentencia, pero más que nada, de que las personas que han sido explotadas y abusadas reciban atención y sean resarcidas. “Por eso me satisfizo mucho la entrevista que sostuve en la Procuraduría, cuando me informaron que se le había entregado el primer permiso de quedarse legalmente en la República Dominicana a una persona que había sido explotada viniendo de otro país”.
Reconoció que los centros de acogida no dan abasto, ni aquí, ni en los Estados Unidos y aseguró que las víctimas son iguales, tanto en los países desarrollados como en los países pobres, “lo que podría ser diferente es la cantidad de recursos que uno y otro invierta en el tema. En los Estados Unidos, por ejemplo, los recursos son limitados. A veces los casos son tantos, que no hay donde acogerlos”.
Exhortó a distribuir los recursos y consideró que es importante que se busque un mecanismo para conseguir más fondos, “en la República Dominicana tienen una cantidad, pero… no da abasto. Hay que buscar ideas. En Estados Unidos, los impuestos que se cobran por el alcohol y los cigarrillos, se destinan para los refugios de las víctimas de violencia intrafamiliar”.
La abogada calificó la trata como la violación de los derechos humanos más terrible que alguien pueda sufrir, “no tener la oportunidad de escoger a la hora que te levantas, te acuestas o lo que vas a comer debe ser terrible”. Reveló que en la Florida, el 80 por ciento de las personas que atienden vienen de países hispanos, con un elevado número de haitianos. En cuanto a la trata, específicamente, la mayor parte de las víctimas son de México y Centro América.
A su juicio, aunque las autoridades legislan para erradicar este mal, muchos intereses impiden que pueda terminarse del todo con esta práctica, debido a que el sector privado y el mismo gobierno se benefician de mano de obra barata y la población en sentido general, también se beneficia de la trata, cuando adquiere, a bajo costo, productos que fueron elaborados por mano de obra esclava. “Cuanto más el sector privado se comprometa a rechazar la explotación y la trata de personas, estaremos pasando al siguiente nivel en este tema”.
Destacó el valor y la fuerza de las personas que sobreviven a estas situaciones, “tienen un gran poder y eso es lo que las autoridades deben hacerle notar, ese gran poder que les permitió sobrevivir. Ese poder hay que usarlo para ayudarlos a salir adelante”.
Una lucha difícil y de muchos años
María José T. Fletcher, J.D., es abogada codirectora y fundadora de Voices for Immigrant Defense and Advocacy, VIDA Asistencia Legal, Inc., una organización sin fines de lucro creada en febrero de 2011 con el fin de defender y promover los derechos de inmigrantes sobrevivientes de violencia intrafamiliar, agresión sexual, trata de personas y otros crímenes violentos. Algunas de sus funciones consisten en supervisar abogados, paralegales, estudiantes becarios y voluntarios, así como proveer representación legal directa a inmigrantes de bajos ingresos. Poco después de su creación, VIDA recibió el premio Juez Amy Karan: Respuesta Comunitaria Coordinada, por sus servicios ejemplares a víctimas inmigrantes de violencia intrafamiliar y sexual en el condado de Miami-Dade, Florida.