Los trabajos de construcción de la Segunda Línea del Metro que se realizan en Los Mina, donde se ubicará una estación, han traído consigo tapones y quejas de parte de comerciantes de la zona.El comercio que se desenvuelve en las inmediaciones de lo que se conoce como “La Bomba de Los Mina”, se ha visto afectado por los trabajos, ya que según propietarios de negocios de ropas, calzados, cafeterías y artículos para el hogar, entre otros, dijeron que han tenido pérdidas de un 40, hasta un 70 por ciento, desde que intervinieron el lugar hace casi dos meses.
Los negociantes entrevistados explicaron que sus clientes se ven obligados a caminar más para llegar hasta sus establecimientos, situación a la que algunos de sus compradores recurrentes le huyen y han preferido dirigirse a otros vendedores.
Expusieron que no fueron comunicados antes de iniciar los trabajos y aunque no están en contra de las excavaciones para la continuación del masivo medio de transporte, esperan que los mismos terminen lo antes posible o sus negocios podrían quebrar.
Aunque no se ha dado una comunicación oficial, los dueños de negocios expresaron tener aún más miedo, ya que existe la posibilidad de que cierren por unas semanas los tramos intervenidos en la avenida San Vicente de Paúl, abriendo un desvío, lo que empeoraría su situación.
Con mandarrias en manos, un grupo de obreros contratados por la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), rompían ayer las isletas y quitaban los árboles, como parte de los trabajos que van desde la avenida Fernández de Navarrete, casi hasta la calle P.
El equipo de elCaribe intentó tener una reacción del subdirector de la Opret, Leonel Carrasco, en cuanto a este tema, pero según sus asistentes, este se encontraba en una reunión.
Tapones causan estrago en la concurrida avenida
Para mal de los choferes que circulan por la avenida San Vicente de Paúl, el inicio de la construcción de esta estación ha incrementado el caos que impera cada día, principalmente en las horas pico, provocando más tapones que de costumbre, según explicaron trabajadores de la zona y choferes del transporte público.