El rostro de Minnesota en el baloncesto de la NBA es Karl-Anthony Towns Cruz. El de Boston puede que dentro de poco sea Alfred Joel Horford Reynoso. Este par de jugadores representan la crema y nata de los dominicanos en la liga estadounidense, en la que, igual, pasan como figuras de alto calibre. No son cualquiera. El diario Washington Post, por ejemplo, proyectó a Towns como el séptimo mejor jugador para la próxima temporada que arranca en cinco días. Horford fue ubicado en el puesto 27 por el importante diario de la capital de Estados Unidos.
En otro ranking semejante, la afamada firma Sports Illustrated colocó a Alfred en el lugar 18 y a Karl en el peldaño 23. Esas anteriores dos consideraciones confirman que realmente no se trata de un par de jugadores del montón. Todo lo contrario.
Towns, quien apenas se apresta a su segundo año en la NBA, se ha ganado a la ciudad de Minnesota gracias a su enorme talento y la madurez y responsabilidad con la que ha asumido su rol de superestrella de una franquicia que quiere resurgir de sus cenizas.
Hace unos días, la NBA dio a conocer la tradicional encuesta entre los 30 gerentes generales que dejó a Towns extremadamente bien valorado. El 48.3% de los ejecutivos escogió al centro dominicano como jugador base para construir una franquicia. Eso es demasiado para un muchacho de segundo año, especialmente cuando existen tipos como LeBron James, Stephen Curry y Kevin Durant.
El centro de 7’0 pies de estatura cumple hoy 21 años. Este es otro pequeño detalle que otorga un grado superlativo a su carrera que va en consonancia con una imagen limpia, ideal para muchas marcas.
A su llegada a la NBA firmó acuerdo de patrocinio con la prestigiosa Nike y a finales de agosto se anunció que fue seleccionado para ser la cara de la aplicación móvil del videojuego “NBA 2K17”, que salió a la venta el ocho de septiembre. Este fue el más reciente de un rampante catálogo de acuerdos publicitarios de alto perfil que incluye marcas como la Samsung. Es muy probable que Towns toque solo una mínima parte de su salario de US$5,960,160 para esta temporada con los Timberwolves. Es la porción que le toca tras firmar por US$11,663,760 por dos campañas, una cifra que está atada a las reglas salariales de la liga.
La relación de Karl con Minnesota es la que seguramente quiere tener Alfred con Boston. Quiérase o no, Horford tiene la responsabilidad de llenar el hueco dejado en la ciudad por el retirado David Ortiz, quien con sus proezas en el béisbol de las Grandes Ligas, permaneció como héroe deportivo en la ciudad del estado de Massachusetts.
Es que es poco probable que dentro de los Medias Rojas o dentro de los Celtics exista un atleta con el potencial del dominicano para esos fines. Horford cuenta también con una buena imagen, además de poseer talento necesario para seguir brillando en la liga. Con Horford en Boston, los Celtics son candidatos para llegar muy lejos en la Conferencia Este, pues cuentan con una nómina muy talentosa y joven. El ala pívot rubricó por cuatro años y 113 millones de dólares con esa organización.
Él está entre los mejores siete pagados de la NBA para esta campaña, una lista que tiene a seis ganando el mismo monto de dinero (US$26,540,100). Solo LeBron James (US$30,963,450) cobra más que Horford.
La firma Horford con los Celtics, tras diez temporadas con los Hawks de Atlanta, llevará estabilidad a la zona de ataque de los Celtics, adiciona un incondicional defensivo con un alto coeficiente intelectual de baloncesto y una gran capacidad de proteger el aro sin olvidar su buen disparo perimetral. Será una temporada que pondrá prueba al dominicano. En lo que eso ocurre la ciudad de Boston caerá rendida a sus pies.