Poetas, filósofos e innumerables artistas han concebido como su musa a la mujer, mitificándolas como un ser indefenso y frágil. Dueñas de una delicadeza que se hace evidente frente a la natural fortaleza del hombre, el llamado sexo débil se debate entre lo que es su propia satisfacción sexual y el rol de pasiva, ingenua e inexperta que le ha asignado la sociedad por años.
El papel tradicional de la mujer va siendo sustituido lentamente por una actitud más independiente, que persigue las mismas metas del hombre: disfrutar de la sexualidad en la forma en que ella lo desea.
“Realmente la mujer que es dominante en la cama es segura sexualmente y eso le da la tranquilidad al hombre de buscar su propio placer, ya que su pareja busca su propia satisfacción y esto los ayudará a librarse de muchas tensiones en la relación íntima”, afirma la terapeuta sexual Josefina Hernández.
Cuando la mujer es capaz de expresar de manera clara y explícita sus más íntimos deseos a su pareja sus relaciones sexuales son más gratificantes y placenteras. No vive con los conocidos mitos y tabúes, sino que aprenden a disfrutar de la intimidad y con esto la pareja se siente más tranquila sexualmente.
Auto responsabilizarse de su propio placer es una necesidad que toda mujer debe asumir, utilizando los recursos que estén a su mano sin menospreciar a su compañero. Se debe ser capaz de hablar sobre sus fantasías sexuales, lo cual contribuirá a promover la confianza en la pareja y a romper las barreras del temor que a veces existe.
La Lic. Hernández recomienda hacer del sexo una experiencia agradable en donde predomine la comunicación. “Se debe tener la misma libertad para pedir y rechazar alguna propuesta sexual, lo cual evitará tensiones, relaciones forzadas y malentendidos en su relación de pareja. Tomar la iniciativa para realizar actividades agradables en conjunto como es un masaje, ducharse juntos o cualquier otro deseo, demostrará a su cónyuge el compromiso y el interés en la relación”.
Lo necesario
* Desinhibición.
* Creatividad para usar nuevas posturas.
* Expresar tus deseos y gustos íntimos.
* Investigar y leer sobre temas sexuales o eróticos que les hablarán de sus diferencias y problemas y los puede ayudar a resolverlos, o simplemente les dará nuevas ideas que serán útiles para enriquecer su sexualidad.
* Dedicar tiempo para hablar sobre sus relaciones sexuales, lo cual libera muchas tensiones y aclara las dudas que cualquiera de los dos pueda tener.
* Cada día prueben caricias diferentes. Así evitan que la relación se haga monótona y vacía.
El exceso
Un referente innegable de cuando se convierte en un exceso ser la dueña del control es la película “Women on top”. En ella la actriz española Penélope Cruz interpreta a una chef brasileña, que sufre de mareos extremos, y sólo cuando está en completo dominio -conduciendo e incluso guiando a su pareja en el baile- deja de parecerlos. Todo eso se traslada a la cama… pues incluso ahí, debía ser quien controlara y estuviera siempre arriba. Es entonces cuando su esposo se siente acomplejado, pues desea en ocasiones asumir el control.
Cuando una mujer asume siempre el rol dominante en la intimidad esta actitud se convierte en una obsesión, pues consideran que su pareja no podrá responder a sus necesidades sexuales; además de que hay mayores posibilidades de padecer disfunciones sexuales femeninas, ya que no ceden a ser dominadas, lo cual es un elemento sumamente importante para mantener relaciones íntimas saludables.
Es importante que ambos (hombre y mujer) tengan una participación dominante en la relación íntima. Así se logra un mayor goce sexual y una satisfacción plena con el ser amado.