Durante la campaña electoral, desde esta columna se advirtió que el Gobierno había sustentado la estabilidad macroeconómica en un elevado endeudamiento y dejando crecer el déficit fiscal, lo que obligaría a aprobar una nueva reforma fiscal para dar inicio a las operaciones presupuestarias del 2013.
Luego de las elecciones, desde esta columna se le sugirió al sector empresarial que aprovechara los 85 días de transición para diseñar una propuesta de reforma fiscal “realista” para llevarla al nuevo gobierno y así llegar a un pacto de consenso con efectos menos drásticos en materia impositiva.
Esa sugerencia surgió a sabiendas de que esa labor no se realizaría, pues es sabido que el sector empresarial dominicano es tan diverso que no es posible que se pongan de acuerdo para presentar una propuesta fiscal conjunta, pues nadie quiere salir con más carga y todos terminan apuntándose entre sí.
Pero a eso se agrega la prédica constante que siempre hizo el candidato que resultó ganador de las elecciones, quien durante la campaña electoral habló de un pacto fiscal, que implicaría una propuesta de aumento de la presión tributaria y de reducción del gasto público en la medida de lo posible.
Llegó el momento y eso es lo que ha presentado el presidente Danilo Medina, una propuesta de reforma fiscal mediante la cual busca aumentar la presión tributaria en 2.2% del PIB y asegura que está tomando medidas para reducir el gasto en 1.9% del PIB. Casi parejo.
Mientras tanto, el sector empresarial se queja de que como está concebida la reforma, se alejará la inversión extranjera, habrá más desempleo y se producirá un incremento en los precios de todos los bienes y servicios. También se alega que no es justo pagar más impuestos para mantener la actual estructura del Estado, caracterizada por el dispendio y los privilegios.
¿Estará mintiendo el presidente Medina cuando habla de que bajará el gasto público en 1.9% del PIB? ¿Tienen los empresarios una propuesta fiscal menos dura que permita recaudar el 2.2% del PIB (RD$54 mil millones)? ¿Hay forma de reducir el déficit fiscal sin una nueva reforma? Son preguntas que no parecen tener respuestas…