En septiembre del 2008 el país firmó el Acuerdo de Asociación Económica con la Unión Europea. Al concluir las negociaciones logramos y consolidamos un acceso libre de impuestos para nuestras exportaciones de manera inmediata. Por consiguiente los exportadores de ron, de confecciones textiles, frutas, vegetales, calzados y demás productos, agrícolas e industriales, han venido gozando de una preferencia arancelaria frente a sus competidores internacionales. De nuestra parte nos comprometimos a liberalizar los impuestos arancelarios de forma gradual, con plazos que fluctuaban entre 5 a 25 años. En adición, muchos productos que tenían sensibilidades productivas fueron excluidos de los compromisos de liberalización. Por consiguiente, en nuestro mercado doméstico este acuerdo no ha tenido la notoriedad de otros, como el de Centroamérica, con quienes competimos en los mismos segmentos de mercado, o con los Estados Unidos, quien representa nuestro principal socio comercial.
Con Centroamérica prácticamente la totalidad de los productos gozan de libre comercio. Con los Estados Unidos más del 70% de lo que importamos se liberalizó al momento de la entrada en vigencia del DR-Cafta y para el restante 30% se negociaron calendarios de desmontes graduales.
Debido a que los vehículos son un producto importante para los exportadores estadounidenses negociamos liberalizar los impuestos arancelarios en un periodo relativamente corto de 5 años. Por lo tanto, a partir del 1ro de enero del 2010 los vehículos estadounidenses entraron libre de impuestos arancelarios al país, lo cual le ha servido para ganar participación en nuestro mercado.
De igual manera los vehículos son importantes para la Unión Europea, por consiguiente luego de largas negociaciones se concretó un periodo de desgravación similar al negociado con los Estados Unidos, es decir 5 años.
Ahora bien a diferencia del DR-Cafta donde los desmontes se realizaban cada 1ro de enero, con los europeos se negoció mantener el arancel de 20% durante los primeros dos años del tratado, reduciendo a 10% durante los siguientes dos, y bajándolo a 0% en el año cinco. Pues el 1ro de enero del 2013 llegamos a este quinto año, por lo cual la tasa arancelaria baja de un 10% a un 0%.
Si a esta preferencia arancelaria se le suma que el euro ha venido perdiendo valor frente al dólar, y durante el 2012 se ha depreciado entre un 4% y un 10%, es lógico pensar que los vehículos europeos gozarán de una importante ventaja relativa frente a sus competidores. Lo interesante es que esto ocurre en un momento cuando el mercado espera aumentos en los precios de los vehículos fruto de la reforma fiscal, por lo que el 2013 puede ser el año de sorpresas positivas para los vehículos europeos.