La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el 25% de los pacientes examinados por su médico de cabecera presentan síntomas de ansiedad, y que a lo largo de la vida, el 15% de la población desarrolla algún trastorno relacionado a esta dolencia. Mientras, otros estudios revelan que hay países donde 7 de cada 10 personas admiten sufrir estrés.Éste se ha incrementado al punto que no sólo los adultos se ven afectados, los niños son una potencial víctima debido a su entorno. ¿Dónde el infante pasa la mayor cantidad del tiempo en el día? Muy fácil, en el colegio. Es ahí donde se ve rodeado de diversas situaciones que desencadenan en él, el estrés escolar.
¿Qué es?
La especialista en psicoterapia del niño y la familia, Alexandra Febles, lo define como la alteración emocional en niños y adolescentes que atraviesan ciertas dificultades, ya sean escolares, adaptativas, familiares, postraumáticas, entre otras, y se manifiesta en el proceso de su aprendizaje. Durante el padecimiento de esta enfermedad, el niño reducirá su capacidad de aprendizaje, sufrirá alteración en sus estados emocionales, y podrá, incluso, generar ciertos tipos de fobias, condición mucho más compleja de tratar.
Causas
De acuerdo con Arisleydi Sánchez, psicóloga infanto-clínica del Centro Vida y Salud de Ana Simó, el estrés puede ser experimentado de muchas formas y de manera muy individual en cada niño. Su manejo va a depender del nivel de desarrollo y de las habilidades personales para hacer frente a las situaciones difíciles.
En el ámbito escolar, las causas más comunes suelen ser: cambios de centro educativo, alta competitividad, exigencias escolares exageradas, presiones sociales, abuso de poder de la jerarquía y el bullying. Además, niños y adolescentes con débiles habilidades socioemocionales, resultan afectados fácilmente por el mérito de los demás compañeros, y se auto exigen ser como ellos, siendo este un factor relacionado al estilo de crianza y manejo en el hogar.
¿A qué edad los niños son más propensos?
Para Febles, la edad es muy relativa. En cada etapa del desarrollo, desde la edad preescolar hasta la adolescencia, se puede sufrir este tipo de estrés, pudiendo variar los síntomas.
Sin embargo, los investigadores sugieren que los niños menores de 6 años desarrollan menos capacidad de pensar íntegramente en un evento; así como elegir de un “menú” de posibles comportamientos en respuesta a cualquier evento nuevo, interesante o provocador de ansiedad; comprender un evento sin relacionarlo con sus propios sentimientos y modificar sus reacciones físicas en respuesta a cambios de estímulo, indica Sánchez.
¡Alerta!
Las expertas revelan que para identificar si algunos de sus hijos o estudiantes padece de este tipo de estrés, lo principal es conocerle bien, interactuar lo más que puedan con él o ella, para así notar posteriormente conductas alteradas y no características de ellos. Una dinámica familiar equilibrada es esencial para evitar esta situación o ayudar a superarla adecuadamente.
Técnicas para vencerlo
1 Con los más pequeños (edad preescolar y primer ciclo de básica, 1ro a 4to grado), interactuar a modo de actividades libres. El juego es el lenguaje de los niños y un canalizador del estrés por excelencia.
2 Crear un horario con sus actividades cotidianas, lo que les ayuda a llevar un orden en lo que hacen y les genera tranquilidad. Esto puede hacerse como una actividad en familia, en papel o cartulina, a mano o digital y dejando plasmar la creatividad del niño. Puede ser una buena sugerencia para los más grandes, hacerlo en forma de agenda.
3 Enseña a tus niños algunas técnicas de relajación.
4 Ayúdalos a reconocer, nombrar, aceptar y comunicar sus sentimientos de manera apropiada.
5 Asegúrate de que lleven una alimentación nutritiva y balanceada.