El obispo de la Diócesis de La Vega lamenta que en República Dominicana la mayoría de los líderes que incursionan en política sólo buscan beneficios particulares, sin pensar en el desarrollo de la sociedad. “Comienzan pobrecitos, que no tienen donde caerse muertos y después de un ejercicio, de unos añitos, se declaran millonarios”, dice.En ese contexto, a monseñor Antonio Camilo González no le sorprende que algunos dirigentes se pasen con tanta facilidad de un partido a otro en la actual contienda electoral. Sin embargo, piensa que el transfuguismo representa un atraso, porque demuestra que el político que hace el cambio de organización no piensa en el bien común. “Está pensando en su bien, en su futuro, conseguir él. Es una pena…”
“Los que dirigen la sociedad en vez de cultivar valores, cultivan los antivalores”, comenta cuando se le pregunta sobre las razones sociales que llevan a pueblos como el de La Vega a respaldar con el sufragio a políticos como el diputado Radhamés Ramos García (Chino), uno de los legisladores más votado al Congreso, luego de ser procesado y condenado por el tráfico de indocumentados chinos.
De igual forma cuestiona el papel de los congresistas. “Los senadores y diputados se reparten el dinero, se ponen sueldos grandes y todas las dádivas que dan es a costilla de sacárselo a otro, porque no es de lo de ellos que están dando”, señala.
Considera que, aunque la sociedad dominicana muestra avances en algunos aspectos, padece un deterioro en renglones fundamentales como la educación y la carestía de la vida. “Casi los mismos problemas que había hace 20 años son los mismos de ahora”.
Como otros obispos del país, también deplora la forma en que se desarrolla la actual campaña presidencial, porque, desde su punto de vista, “no está beneficiando a la gente”. “A los políticos no les interesa discutir los problemas que tiene la gente. Viven inventándose cosas y accidentando la campaña para distraer a la gente y no tocar otros puntos neurálgicos, como el tema de cómo van a resolver los problemas de la educación, la salud, la agricultura… en fin, todos esos puntos que son importantes”.
Durante la Semana Santa recomienda a los políticos reflexionar y pensar en el bien de los demás. “Que amen a su pueblo, que se sacrifiquen”, asegura. “Yo creo en el político que se sacrifica como Juan Pablo Duarte, un hombre al que le entregaron dinero y devolvió lo que le sobró”.
El obispo se ríe cuando se le pregunta si algún político dominicano podría superar una prueba como la de Duarte cuando rindió cuentas de los fondos públicos: “Ayyy… mátese usted mismo, ja, ja, ja…”, responde. Aclara que consus palabras no pretende zaherir a nadie: “pero yo creo que aquí hace falta mucha conciencia, en el pueblo, porque los políticos compran porque la gente se vende”.
Ecología
La Diócesis de La Vega incluye las provincias Monseñor Nouel y Juan Sánchez Ramírez. Cuenta con 55 parroquias y 125 sacerdotes. Monseñor Camilo González considera que el Gobierno debe interesarse más en apoyar la educación, la salud y el desarrollo de la agricultura en esas demarcaciones. El religioso muestra preocupación por los problemas ambientales en la región, así como por el fenómeno de la violencia y el tráfico y consumo de drogas.
Identifica una amenaza latente en la explotación de la Loma Miranda por parte de la minera Falconbridge, porque, según argumenta, se trata de una zona muy sensible para el nacimiento de varios ríos que contribuyen a la fertilidad del valle de La Vega. Advierte por igual sobre la necesidad de preservar el río Camú. “Hace falta canalizarlo, pero hace falta defenderlo también. Si se acaba el agua aquí, en esta zona de La Vega como está en Haití, sería una pena”, dice.
El religioso insta a las empresas mineras a utilizar los recursos de la naturaleza, pero al mismo tiempo, a dominar las apetencias de explotar todo en un momento, sin importar que se desbarate todo con tal de enriquecerse.
Admiración
Monseñor Camilo González adelanta que pondrá en circulación un libro con documentos de Francisco Panal, el obispo que confrontó a Rafael Leónidas Trujillo Molina y que incluso, pronunció una homilía en su presencia el 4 de marzo de 1961, con la cual desencadenó la ira del tirano.
El obispo de La Vega hizo pintar un mural con ese momento en uno de los salones del obispado. Define a Panal, quien murió ciego en 1970 en la capital, como “un hombre sencillo”, al que conoció cuando inició su vida sacerdotal en la década de 1960.
“Tengo más de mil páginas de documentos sobre él. Voy a publicar un libro”, dice. Recuerda que una vez expresó su admiración al propio Panal por su valentía ante Trujillo, a lo que el obispo respondió: “Yo no soy valiente. Sencillamente yo en cada momento hago lo que creo que tengo que hacer, pero yo no soy valiente…”
Estudió filosofía y teología en el exterior
Monseñor Camilo nació en Ojo de Agua, Salcedo, el 7 de febrero de 1938. Entró al seminario a los diez años. Se especializó en filosofía en Argentina y en teología en España. Se ordenó el 1 de julio de 1962. Como sacerdote trabajó en el ensanche Luperón, San Isidro y Cristo Rey, de la capital, así como en Cambita, San Cristóbal; Baní y Bayaguana. Fue nombrado obispo en 1992.
