El Banco Central acaba de publicar su informe trimestral sobre la economía dominicana, correspondiente al período enero-marzo. La economía creció un 3.8% en términos reales, el sector agropecuario un 2.3% y la industria un 3.3%, es decir, por debajo del crecimiento general. El sector de la construcción obtuvo un desempeño negativo de 0.3%, lo cual llama la atención, pues ha sido costumbre que en los períodos electorales este se dinamice, asunto que no ocurrió. Este desempeño adquiere una mayor dimensión cuando consideramos que los gastos del gobierno central en construcción aumentaron en un 92%. El hecho es que a nivel de la actividad privada este sector ha estado rezagado, y se evidencia en la contracción de los préstamos en un 1.6%. A pesar del tímido desempeño de estos tres sectores, el comercio aumentó 6.8% y la intermediación financiera y seguros crecieron 7.9%. El sector minero fue el gran ganador con un crecimiento del 25%.
En términos de nuestras cuentas externas, se aprecia un crecimiento firme en el sector turismo del 6%, así como de nuestras exportaciones en un 12%. Esto es positivo, pues a pesar del difícil entorno internacional contamos con números azules. Las remesas aumentaron un 4%, y la inversión extranjera un 26%. Sin embargo, inclusive con estos desempeños, alcanzamos un déficit de cuenta corriente de US$461 millones en este primer trimestre (aunque es importante indicar que es un 0.7% inferior al experimentando en el primer trimestre del año pasado).
En lo que respecta a nuestra deuda pública externa, los números reflejan crecimientos de dos dígitos, aumentando un 18% con relación al mismo período del año anterior. Del lado de las finanzas públicas, los ingresos totales aumentaron un robusto 14%, lo que demuestra que el Gobierno está siendo más eficiente en sus recaudaciones, pues con un crecimiento real de la economía del 3.8% y una inflación del 5%, conllevaría a un crecimiento nominal del 8.8%. Ahora bien, a pesar de esto, las recaudaciones estuvieron por debajo de lo presupuestado. Los gastos totales del Gobierno, por su parte, se dispararon en un 26%, entre los cuales se destaca un aumento de un 73% en gastos de inversión fija. Esta situación provocó un déficit de RD$33 mil millones, apenas en los primeros tres meses del año.
En resumen, se evidencia un crecimiento moderado de la economía, pero fluctuante dependiendo del sector, la generación de divisas se mantiene dinámica, pero no a ritmos que nos permitan reducir nuestros déficits externos. El Gobierno mantuvo un galopante nivel de gastos, lo que empujó a incrementar la deuda pública y el déficit. No es sorpresa, pues esperar ajustes importantes en las finanzas públicas, pero como bien demuestran las cifras no ha sido por falta de ingresos sino por exceso de gastos.