Algunas personas están en el mundo y toman decisiones, porque se ven obligados, porque eso es lo que quieren, porque no tienen otra salida, porque al final eso es lo mejor. En fin, muchas razones para ir en una dirección. Pero qué triste es que cada cosa en la vida de una persona haya sido dirigida y decida por un tercero. Es una gran pena que todavía existan aquellos a quienes otros les señalan el camino, aquellos a quienes manipulan para que hagan o dejen de hacer, para que vengan o vayan. Aunque usted no lo crea, hay personas que han vivido así toda su vida y cuando intentan hacer las cosas a su modo, encuentran miles de obstáculos. Entonces piensan que no pueden hacer nada bien.
Conozco quien ha estudiado la carrera universitaria que le han impuesto sus padres, la posibilidad de una promoción en su trabajo, la sociedad y hasta las condiciones económicas. Estos, al alcanzar su título, saldrán airosos si son inteligentes y se resignan a desempeñar un trabajo sin el suficiente amor, si son responsables y perfeccionistas y se exigen hacerlo bien. Sobresalen, por orgullo, por amor propio, porque se exigen a sí mismos. Los demás, colgarán el diploma en la sala de la casa, pero después que comiencen a preguntarles que por qué no ejercen, lo esconderán en un lugar poco visible.
Algunos ni siquiera pueden elegir el lugar donde quieren vivir. Esa decisión emana de un poder superior, que algunas veces proviene de los padres, la familia y otras veces de la pareja. Sé de alguien que lucha por quedarse en un lugar, pero a la distancia puedo ver cómo poco a poco las fuerzas le van abandonando, las puertas se le van cerrando y las paredes parecen moverse de sus cimientos y le veo acorralado. Sin salida.
Aunque se niega a seguir viviendo la vida que otros le han diseñado, es agotador luchar contra la corriente. Es cierto que quien de verdad te quiere, desea lo mejor para ti, pero la gente quiere tener sus propias experiencias. Asumir que uno estará mejor en otro lugar, rodeado de la familia, cuando se atraviesa un momento difícil es una muestra valiosa de amor y solidaridad, pero también deja entrever que quien nos ama, no cree en que podamos resolver la situación solos y seguir adelante. Creo que todos agradecemos la preocupación por nuestro bienestar, pero solos nos buscamos los problemas y solos debemos enfrentarlos y resolverlos. Y por más oscura que sea la noche, no es eterna y siempre pasará y dará camino al sol y será ese el momento en que la luz nos indicará la salida.