Signos del pastor

En el momento en que un sacerdote católico se presenta ante el altar, con su vestuario distintivo, va cargado de significados sobre la solemnidad de la celebración y su relación con Dios y con los fieles. Esto incluye el celibato.

En el momento en que un sacerdote católico se presenta ante el altar, con su vestuario distintivo, va cargado de significados sobre la solemnidad de la celebración y su relación con Dios y con los fieles. Esto incluye el celibato.La doctrina católica, rica en simbología sacada de la Biblia y de su historia de 20 siglos y más atrás, tiene una vestimenta o accesorio para cada tipo de eucaristía, tiempo litúrgico y jerarquía del celebrante. Todo responde a los dictados del sacrosanctum concilium, sobre la Sagrada Liturgia, establecido en el Concilio Vaticano II, 1962-1965, explica el padre Kennedy Rodríguez, vicario de la parroquia San Antonio de Padua, de Gazcue.

 El blanco domina el protocolo para fiestas como las de Nuestro Señor Jesucristo, María Santísima y  los santos que no han sido mártires. También para bodas y bautizos, porque simboliza gloria, alegría, inocencia y pureza del alma.

Celebraciones especiales como Pentecostés, Espíritu Santo y fiestas de apóstoles y mártires llevan el rojo, porque representa el fuego de la caridad y la sangre derramada por Cristo.

El verde se utiliza en el tiempo ordinario y es sinónimo de esperanza.
Para adviento y cuaresma, períodos de espera en la iglesia, predomina el morado, signo de humildad y penitencia, mientras el rosado, alegría y amor, es sólo para el tercer domingo de adviento.

Los mensajes asociados a esta ropa distintiva guardan relación con la idea de que el sacerdocio es un ministerio de alta dignidad y gran responsabilidad y de que la eucaristía es una celebración cuya solemnidad debe ser suficientemente marcada para distinguirla de las cosas ordinarias, como cuando  una persona común viste de gala para sus ocasiones importantes.

El alba es la ornamenta común y básica para los celebrantes. El colocársela representa opacar por un momento la individualidad y resaltar la condición de representante de Dios, ante quien hay que presentarse puro.  “Con su blancura, significa sobre todo la resurrección de Cristo”, agrega el padre Rodríguez.

Los obispos se diferencian por varias piezas que testimonian su autoridad en la iglesia y en la administración de los sacramentos. Mitra, solideo, palio, anillo, báculo y cruz pectoral identifican al obispo, al arzobispo y al cardenal.

Entre ellos, el palio destaca por el riguroso ritual que envuelve a la preparación  y la imposición de este signo de jurisdicción y pastoreo.

Según el portal católico revistaeclesia. com, el lienzo, en forma de collar se confecciona en lana. El Papa bendice los corderos de los que se extraerá la materia prima y la lana se conserva en una urna de plata en la capilla de la tumba de San Pedro.

Liturgia

Para las lecturas de la eucaristía, la iglesia católica sigue tres ciclos, que permiten que en cada fecha se lea el mismo evangelio en toda parte del  mundo, según el modelo. Para cada semana hay un pasaje específico del evangelio escogido.

El ciclo A es el del evangelio de Mateo, el B el de Marcos y el C el de Lucas. En cambio el de Juan se lee en Semana Santa, para el relato de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

La amplia codificación simbólica no se limita a los templos. Es común ver a un cura en actividades cotidianas vestido de negro y con cuello blanco. También lo hacen los seminaristas desde el ciclo de Teología. El negro significa “muerto para el mundo”, y el clerical o alzacuello “vivo por dentro para Cristo”.

Por siglos, al clero se le asoció a un atuendo que remachaba la diferencia con la feligresía: La sotana, un vestido de una sola pieza que va abotonada desde el cuello hasta los tobillos. Negra para los sacerdotes, morada para monseñores y blanca para el Papa. Pero en países tan calurosos como República Dominicana este atuendo ha sido mandado a guardar.

También la casulla, que asume el color del tiempo litúrgico, suele estar ausente en algunos celebrantes, sobre todo en las zonas más marginales. En esos casos,  la estola asume esta simbología, pues también varía en el color.
Cada hábito según “el monje”.

Los ciclos de la liturgia católica

El año litúrgico comienza con el primer domingo de adviento; luego viene la Navidad, la primera parte del tiempo ordinario, la Cuaresma, la Pascua de Resurrección, Pentecostés y al final la segunda parte del tiempo ordinario. La misa comienza con los ritos de introducción, que incluyen la petición del perdón por los pecados. Sigue la liturgia de la palabra, en donde se lee un evangelio, junto a otros textos del nuevo o el antiguo testamento, y luego el sacerdote emite su homilía o comentario.

Después procede la liturgia eucarística o momento de la consagración, en el que el pan y el vino se transforman en cuerpo y sangre de Cristo. Los ritos de conclusión incluyen oraciones y la bedición.

Otras órdenes

La jerarquía orgánica de la iglesia está administrada por los diocesanos. Un miembro de otra congregación puede ser elegido obispo, pero entonces pasa a enrolarse en las labores diocesanas. “La misión del diocesano va dirigida a la parroquia, va unida a la figura del buen pastor”, explica el padre Rodríguez. Las otras órdenes tienen otros códigos de vestimentas y algunas utilizan hábitos, como los franciscanos.         

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