El presidente Leonel Fernández presenta hoy, ante la Asamblea Nacional, su última rendición de cuentas luego de permanecer más de siete años en un ejercicio gubernamental que dejará entre sus principales símbolos históricos el
Metro de Santo Domingo con una red ferroviaria de 28 kilómetros de longitud, así como grandes obras de infraestructura en el Gran Santo Domingo y varias carreteras concesionadas.
También empieza el tramo final de una gestión que no logra concretar la promesa de superar el déficit en el suministro de energía eléctrica, reducir la delincuencia y la criminalidad e introducir mejorías significativas en el sistema público de enseñanza.
El Gobierno promueve como uno de sus principales logros la estabilidad macroeconómica, algo que se refleja en el mantenimiento de una tasa de cambio estable.
Desde finales de febrero de 2003 y durante la gestión de Hipólito Mejía (2000-2004), el mercado de divisa se descontroló y un dólar llegó a costar más de RD$55.
Con la llegada de Fernández la tasa tendió a la baja y llegó a colocarse a menos de RD$30, con largos períodos de estabilidad, aunque ahora ronda los RD$39.
También exhibe como logro el crecimiento económico. La economía cerró 2003 con un saldo negativo de 0.3% y en 2005 se situó en 9.3%, según cifras del Banco Central.
En su discurso de toma de posesión de 2004, Fernández aseguró que durante su primera gestión (1996-2000) la deuda externa descendió de 3 mil 810 millones de dólares a 3 mil 635 millones, para cuestionar que el gobierno de Mejía la duplicó, al llevarla a 7 mil 200 millones.
Pero el endeudamiento estatal no se detuvo. En la actualidad solo la externa se sitúa en 11,784 millones de dólares, según la Dirección General de Crédito Público del Ministerio de Hacienda.
La gestión de Fernández programó en 2005 un presupuesto de 154 mil 513 millones de pesos y para el presente año que discurre, 430 mil 814 millones, con lo cual casi se triplica el monto de hace ocho años.
Una de las mayores inversiones públicas se concentró en la construcción del Metro de Santo Domingo, cuya primera línea costó unos 750 millones de dólares, según el director de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET), Diandino Peña, y la segunda –que empezará a operar hoy, aunque no se abrirá al público de inmediato-, unos 830 millones.
Fernández superó las desavenencias que mantuvo la gestión de Mejía con el presidente Hugo Chávez y garantizar el suministro de petróleo con Venezuela a través de Petrocaribe.
Aunque la capacidad energética instalada, según la Superintendencia de Electricidad, alcanza los 3,394.1 megas, el déficit en el suministro por lo general supera el 20%, como ocurrió el jueves, a las 9:00 de la noche cuando era de 22%.
Durante todo ese día la generación máxima llegó a 1,819 MW y la demanda a 2,160 MW, 16% menos.
En marzo de 2006 el Gobierno anunció que el consorcio Sichuan Machinery Equipment Imp. Exp. Co. Ltd., de China Popular, construiría en Manzanillo, Montecristi, una central de generación eléctrica a base de carbón mineral de 610 megavatios, con una inversión de US$800 millones.
El otro proyecto sería desarrollado en Hatillo, Azua, por la empresa Emirate Power, de los Emiratos Árabes. La inversión en los dos proyectos se calculó en US$1,200 millones.
El Gobierno sostenía que las plantas a carbón conllevarían un ahorro significativo, al abaratar el kilovatio hora de energía de 19 a 4 centavos de dólar. El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) denunció que el contrato con el consorcio Sichuan Machinery & Equipment Import & Expón Corporation, Constructora MC y Constructora EMACA, se sobrevaluó en unos US$270 millones.
Otras denuncias de supuestos actos de corrupción estuvieron relacionadas con un préstamo de US$132,457,522 para equipar a la Policía Nacional, concertado con el Banco de Exportaciones e Importaciones de Estados Unidos (Ex-Im Bank), a través de The Sun Land.
“Uno de los problemas muy serios que tenemos en materia de institucionalidad y en torno al cual no se ha podido avanzar en este período, más bien ha habido un retroceso, tiene que ver con el tema de la falta de transparencia en la lucha contra la corrupción, en cuanto a que no ha sido efectiva, dice Javier Cabreja, de Participación Ciudadana.
“La República Dominicana sigue apareciendo en todos los indicadores internacionales como un país con altos niveles de percepción de corrupción y a esto se le suma los niveles de impunidad reinante en nuestro país, a pesar de las constantes denuncias, y denuncias bien documentadas”, añade.
Protestas
En el combate a la delincuencia, aunque el Gobierno puso en marcha el Plan de Seguridad Democrática desde el 2005, los niveles de violencia y la percepción de inseguridad de la ciudadanía se mantienen. De hecho, la tasa de homicidios (que mide el número de asesinatos por cada cien mil habitantes) aumentó en forma paulatina, de 24.65 en 2007, a 25.10 en 2011, conforme a la Procuraduría General.
Desde agosto de 2004 la gestión de Fernández enfrentó huelgas generales y una serie de protestas de organizaciones que demandan diversas reivindicaciones sociales. Sólo durante 2010 se registraron 385 movilizaciones, según el Observatorio Político de la Funglode.
Desde finales de ese año, los jóvenes utilizaron las redes sociales para reclamar a las autoridades derechos ambientales y protestar contra la corrupción y los abusos policiales, una experiencia que traspasó más adelante, la demanda del 4% del PIB para el sector de educación, un tema que -a base de persistencia- lograron llevar a la agenda política nacional y comprometer a los candidatos que compiten por la Presidencia. l