El Servicio Jesuita con Migrantes de Jimaní denunció ayer que las unidades interinstitucionales del Ejército dominicano realizan a diario por los puntos fronterizos expulsiones colectivas de extranjeros.La entidad aseguró que los miembros del Ejército de la República Dominicana han obviando la prohibición que existe para deportar a los extranjeros radicados en el país y que se hayan acogido al Plan de Regularización que finaliza el próximo 17 de junio.
A través de un comunicado , los jesuita explican que los extranjeros son detenidos en sus casas, en sus trabajos o cuando se encuentran en la calle para posteriormente ser expulsados, sin un formulario de registro con la información de las personas, ni un memorándum de deportación firmado por el inspector actuante y el deportado, y mucho menos la notificación a las autoridades del Estado de origen, convirtiendo estas actuaciones en una práctica que viola las normas del debido proceso y el derecho fundamental a la tutela Judicial efectiva.
Entre las historias que ha podido documentar el Servicio Jesuita se encuentra la de Rossette, que fue detenida el pasado lunes en Boca de Cachón cuando regresaba de trabajar en el mercado de Malpaso. Ella tiene 17 años viviendo en el país e hizo sus trámites para la regularización y tiene dos niños inscritos en el proceso de naturalización especial de la Ley 169-14.
También citan el caso de Francesca, quien tiene 16 años en el país y tiene dos hijos con un dominicano. Fue detenida el sábado y ya había sido expulsada en otra ocasión en Jimaní, lugar en el que reside y estudia, a pesar de mostrarles a los agentes del Ejército su papel de inscripción en el Plan. Otro ejemplo citado por la institución es el de Adonite, quien tiene 20 años viviendo en la nación y una niña con un dominicano y realizó su inscripción para la regularización hace siete meses.
“Estas historias no son sucesos aislados sino una práctica cotidiana que miembros de las Fuerzas Armadas están realizando y que dan como resultado la cifra de 200 personas expulsadas diariamente por los cuatro puestos fronterizos”, expresaron los jesuita.