El pasado domingo se celebró en el salón multiusos de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, recinto Santiago, un acto que presidió el arzobispo de la arquidiócesis, Ramón Benito de la Rosa y Carpio en respaldo a la caminata “Un paso por la familia”, que procura la eliminación de la violencia intrafamiliar.
De acuerdo a datos de este mismo diario, este año han sido asesinadas a manos de sus parejas 72 mujeres y se han recibido denuncias que ya se acercan a las cincuenta mil sobre violencia en las familias.
Esta semana celebramos el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Precisamente el día que recordamos el horrendo crimen de un tirano cobarde contra tres heroínas indefensas.
A nuestra sociedad debe servirle como ejemplo el sacrificio de las Hermanas Mirabal para respetar la vida de mujeres que sufren la agresividad del hombre, que trae como resultado familias laceradas y huérfanos que nunca olvidarán la ausencia de sus madres.
Ahora disfrutamos de libertad y democracia, el crimen es el resultado de la descomposición de la familia, de la falta de valores, de la agresividad que reina en muchas de las acciones de nuestra sociedad y de los bajos niveles de educación.
Todos estos actos de barbarie me trajeron a la memoria, algo que en una entrevista dijo Jean Pascal “Vivir en Cartagena o Santo Domingo te hace vivir la sorpresa diaria, es donde está la diversión, en Ginebra todo lo que va a pasar, es la monotonía del progreso”.
Me pregunto si será diversión esta violencia intrafamiliar que nos sitúa como una de las naciones con mayor índice de asesinatos a mujeres.
Me pregunto si será diversión el caos del tránsito, donde los semáforos no se respetan, se transita a contravía con el mayor desparpajo y el peatón debe protegerse porque de lo contrario puede ser fácilmente arrollado.
Recuerdo un día, camino a la oficina, que llevaba a un suplidor que vino a visitarme, era cerca de diciembre, estaba esperando el cambio del semáforo, era el único que lo respetaba, a lo que asombrado el extranjero me preguntó si no obedecíamos las luces de tránsito, a lo que le dije, más que señales de tránsito el semáforo con sus tres luces de colores anuncia la Navidad, después del susto rio de mi ocurrencia.
Será diversión tirar basura en las calles, no importa el nivel socioeconómico o el de educación, parecería que no nos importa el aseo de la ciudad ni la salud.
Será diversión que luego de varios años de implementadas las leyes de seguridad social que aún no tenemos atención primaria.
Será por diversión que tenemos comunicadores disfrazados que faltan cada día al respeto y a las normas de buenas costumbres.
Será por diversión que tenemos la misma ADP y no una nueva ADP.
Será por diversión que el transporte público es dirigido a su antojo por “los dueños del país”, como ha calificado a los dirigentes choferiles un importante director de medios, que paran el tránsito, cobran el pasaje que les parece y parecen burlarse de todo el país sin que hagamos nada.
Será por diversión que sindicatos enfrentados paran las labores del puerto, se matan a tiros, ocasionan grandes pérdidas a las industrias y el comercio frente a una mirada indiferente de autoridades y de la misma sociedad.
Podría seguir enumerando situaciones a las que debemos poner atención pero el espacio no lo permite. Sin embargo, no todo es negativo, la misa de monseñor De la Rosa y Carpio es una esperanza, Pedro Martínez es nominado al Salón de la Fama. Nuestros atletas hacen un gran papel en Veracruz, México. Los dominicanos ausentes podrán traer sin pagar impuestos regalos por valor de hasta tres mil dólares y las Estrellas Orientales ocupan el primer lugar del torneo de pelota después de tantos años de estar en el frío sótano.