Londres, (dpa) – El presidente francés, Nicolas Sarkozy, mandó callar al primer ministro británico, David Cameron, durante una disputa sobre la estrategia adecuada a seguir para solucionar la crisis de la eurozona en la cumbre del domingo, según publicaron hoy medios británicos.
“Ha desaprovechado una buena oportunidad de mantener la boca cerrada”, dijo Sarkozy a Cameron el domingo en Bruselas. “Nos pone enfermos que nos critiquen continuamente y nos digan lo que tenemos que hacer. Dicen que odian el euro y ahora quieren meterse en nuestras reuniones”, señaló.
Cameron había exigido antes que Reino Unido y otros países de la Unión Europea que no forman parte de la zona euro pudieran participar en la cumbre del miércoles en Bruselas en las reuniones decisivas para el rescate del euro.
Cameron, que en las últimas semanas criticó repetidamente la política de la eurozona, se encuentra también bajo una gran presión interna.
Hoy la Cámara Baja del Parlamento británico votará si Reino Unido debe celebrar un referéndum para decidir si sigue formando parte de la Unión Europea, algo exigido por el ala derecha de su propio partido, pese a la oposición del primer ministro.
Se espera que hasta 100 diputados de sus filas lo apoyen, aunque se cree que la iniciativa no prosperará por la negativa de la oposición y de la mayoría de los diputados de la coalición de gobierno.
La votación de hoy, que Cameron considera equivocada, se realizará a instancias del ala derecha de su propio partido conservador.
En las últimas semanas el jefe de gobierno británico intentó explicar que la crisis económica de los últimos años en Gran Bretaña tiene estrecha relación con la crisis del euro. Cameron declaró en la Cámara Baja que continuará poniendo en Bruselas el dedo en la llaga.
La UE y el papel británico debe ser reconsiderado. “Al igual que ellos, me gustaría ver una reforma fundamental”, dijo en dirección de los rebeldes del partido.
Es un momento inadecuado para discutir o para realizar un referéndum sobre el retiro del Reino Unido de la UE, algo que también reconoce el ministro del Exterior William Hague, un reconocido euroescéptico.
Los contrarios al euro en Westminster argumentan que Gran Bretaña tiene más desventajas que ventajas dentro de la UE. “Se trata simplemente de democracia”, dijo el diputado conservador Bernard Jenkins. “El pueblo británico quiere votar desde hace mucho sobre su participación en la UE”, agregó.