Santo Cerro, La Vega. El Santuario que venera a la Virgen de las Mercedes, cuyas fiestas patronales concluyen hoy, está preparado para recibir a los miles de creyentes que se darán cita para rendirle culto a la Virgen, a cumplir alguna promesa o implorar por un milagro divino.A la entrada del templo de la patrona de los dominicanos, los vendedores también aprovechan los espacios para ofertar artículos católicos y productos comestibles tradicionales como roquetes y hojaldres, instalados en los laterales de la entrada y en puestos móviles. Mientras, la ruta que conduce al Cerro Sagrado fue reestructurada por el Ministerio de Obras Públicas, y todavía ayer fueron vistas brigadas concluyendo los trabajos en la vía de aproximadamente cuatro kilómetros. Desde Moca, Jarabacoa, Constanza, Santiago, San Francisco de Macorís, y otros puntos del país, cientos de devotos llegan en peregrinación hacia el santuario del Santo Cerro.
Veneración y negocios
En tanto, para José Amado Gil, un vendedor de artículos artesanales, “las fiestas patronales no se pueden igualar a otra fecha, ya que los feligreses criollos y extranjeros comienzan sus visitas desde los días previos a las celebraciones, que culminan con el “Día de las Mercedes”. Como es tradición, desde distintos puntos del país llegan los que aprovechan la ocasión para pedir limosna a los fieles que utilizan el feriado para visitar la virgen y cumplir sus promesas.
El novenario concluye hoy con varias actividades, las que inician con eucaristía a las tres de la mañana, a las cinco y las siete a cargo del padre Rafael Colón.
Mientras, la eucaristía oficial está pautada para las nueve de la mañana y estará presidida por el obispo de La Vega, monseñor Rafael Rodríguez, y a ella están invitadas las autoridades civiles, militares y de socorro de esta provincia.
La historia cuenta que aquí apareció La Virgen
En 1495, mientras se libraba una batalla entre indígenas y españoles, apareció la Virgen de las Mercedes en una gran cruz de madera, que había levantado Cristóbal Colón, lo cual hizo que los indígenas huyeran y los colonizadores obtuvieran la victoria. Antes de morir, Colón pidió a su hijo Diego la construcción en este cerro de una iglesia en honor a esta Virgen.