Un funcionario público y privado
La corrupción a nivel oficial existe cuando un funcionario dispone de los bienes del Estado para aumentar el patrimonio suyo, de sus familiares o por prestar servicios a intereses extraños del Estado. También existe corrupción cuando un funcionario sirve al Estado en una función y a los particulares en otra.
Un funcionario público no puede servirle, simultáneamente, a intereses públicos y privados, favoreciendo intereses propios, familiares o ajenos de cualquier índole. Existe una incompatibilidad de intereses entre los del Estado, los personales y particulares que pueda defender o representar un funcionario público.
Decimos lo anterior porque tenemos informes en el sentido de que funcionarios del Banco Central de la República Dominicana, también están al servicio de empresas bancarias ubicadas en el sector privado. Es evidente que de ser ciertos los informes que nos han suministrado con respecto a la duplicidad de funciones que tienen algunos funcionarios del Banco Central de la República Dominicana, no todo está marchando bien en la principal institución económica del Estado.
No puede existir plena lealtad de un funcionario frente a la institución estatal que le sirve, si también está al servicio de una institución privada semejante a la que le sirve en el sector público.
La corrupción se manifiesta de distintas formas, y una de ellas es la de servir al Estado con deslealtad, ejerciendo funciones públicas, respondiendo simultáneamente a intereses privados.
Los que desempeñan una función cualquiera en el Gobierno deben estar al margen de toda sospecha, y es evidente que se cierne la duda de la honestidad de un funcionario cuando está al servicio en horas de la mañana del Estado, y en la tarde a disposición de una empresa privada, y más grave todavía cuando esa empresa privada guarda relación directa con la institución estatal.
Uno se puede preguntar, ¿qué secreto, qué documento confidencial, puede guardar un funcionario que le sirve al Estado y también a una empresa del sector privado, con funciones idénticas o parecidas?
Salvador está en el deber de hacer las investigaciones de lugar a fin de determinar si las informaciones de que disponemos son ciertas, y en caso afirmativo proceder a cancelar el nombramiento de las personas que desempeñando funciones en el Banco Central de la República Dominicana, también están al servicio de empresas privadas pertenecientes al sector bancario. No tenemos en nuestro poder documentos que revelen las informaciones de que disponemos, pero las personas que nos han aportado los datos con respecto a la duplicidad de funciones de algunos funcionarios del Banco Central de la República Dominicana, nos merecen plena confianza para dar crédito a los informes que nos han aportado. (67)
El probo funcionario de distintos gobiernos, el doctor Jorge Martínez Lavandier, refiriéndose a mi escrito del 17 de diciembre de 1982 con el título: “Un Funcionario Público y Privado”, escribió lo siguiente:
“Negro Veras: Tienes Razón!”
“Cuando en abril de 1980 el entonces presidente Guzmán decidió prescindir de mis servicios en la Administración Pública, dejándome vacante y olvidando que cuando me solicitó le aceptase una posición en su gobierno yo era alto funcionario del Banco de Reservas, me encontré con que después de más de veinticinco años sirviendo a la Cosa Pública, debía procurarme el sustento con lo que ciertamente es mi instrumento propio, vale decir, mi profesión de abogado; profesión que había abandonado totalmente por mi dedicación plena, hija de mi entusiasmo y de mi concepto de la honestidad, a tratar de cumplir con los deberes que me exigían los diversos cargos que tuve el honor de desempeñar, sin querer aprovecharme de las múltiples oportunidades que ofrecen las influyentes posiciones oficiales para propiciar el enriquecimiento a manos llenas de mil y una maneras, como pueden hacerlo, y lo han hecho y lo hacen, quienes van al Gobierno a servirse, en vez de servir al Estado y al pueblo, que paga sus sueldos. Con mezquina y triste razón me califican de “tonto”, muchos que hoy me ven afanando por ganarme mi pan. -Ello no me molesta, porque a cambio de ello recibo no a manos llenas, pero sí a corazón lleno, el reconocimiento sincero de los buenos de corazón que creen en mí y en mi humilde capacidad y experiencia.- Con ellos me basta y me sobra, pues me permiten no tener que involucrarme en la vorágine de la “mafia” (para usar el término de moda) económica que nos envuelve y nos ahoga a todos en el proceloso mar de la corrupción en que vivimos.
Todavía más. Cuando leo artículos como los del colega autorizado Ramón Antonio Veras, titulado “Un funcionario Público y Privado”, con el cual pone el dedo en la llaga de la corrupción administrativa, lejos de sentir la angustia y el temor que deben sentir los corruptos que se saben culpables, siento en cambio la felicidad de saber que fui todo lo contrario a la práctica del mal que señala el distinguido columnista –Es más, me siento con derecho a decirle al amigo Negro Veras: ¡Cuanta razón tienes…!
Ojalá que el presidente Jorge Blanco atienda el reclamo de Negro Veras.- Sería muy fácil determinar quienes fueron corruptos, y quienes están siendo corruptos, especialmente en esas instituciones de tanta incidencia en el quehacer económico del país. Pensemos en los muchos centenares de miles de compatriotas “muertos de hambre”, que son los que a final de cuentas pagan en grande las consecuencias de la corrupción de los insaciables, de los zares de la economía.
Yo Felicito a Negro Veras por ese artículo publicado el viernes 17 de diciembre en El Nacional, y por todos los otros que ha escrito, especialmente los enfilados a combatir la corrupción.- Ojalá que lo imitaran muchos otros columnistas, que en vez de eso, están atacando a los pocos funcionarios que se atreven a exigir honestidad en sus departamentos, y con ello “tocan” a intocables de la campaña electoral o de la avanzada.- Insisto una vez más: Ciudadano Presidente: no deje de respaldar a los honestos, que a ellos lo necesitan de a verdad, pues el poder de los corruptos y de los corruptores es muy fuerte”…! (68)
Después del escrito del doctor Martínez Lavandier, al final del mes de diciembre le di continuación a mis artículos.
La Superintendencia de Bancos, que Funcione
Las instituciones se deben poner a funcionar cuando lo requiere una situación directa o indirectamente relacionada con ellas. Si las instituciones no funcionan, desaparecen por inacción o porque los órganos encargados de ponerlas en movimiento ya han llegado a su final.
La Superintendencia de Bancos es la institución encargada de supervigilar las actividades de las instituciones bancarias existentes en el país. Si la institución estatal principal encargada de regular las actividades bancarias no funciona, ella debe desaparecer para darle paso a otro organismo que llene su cometido.
Los informes de que disponemos son de que la Superintendencia de Bancos, desde la inauguración del actual Gobierno, está dirigida por un hombre serio y capaz; un hombre que sabe lo que tiene en sus manos y dispuesto a hacer cumplir las leyes y reglamentos que en una u otra forma se relacionan con las instituciones bancarias del país.
Partiendo de lo anterior creemos que la Superintendecia de Bancos está en el deber de hacer las investigaciones de lugar para determinar cuál es la situación real y efectiva que existe hoy en el Banco de los Trabajadores. Según informes que nos han sido aportados, en el Banco de los Trabajadores no todo está marchando como manda Dios y como exige la ley.
La Superintendencia de Bancos, tiene a su disposición todo un equipo de inspectores con la capacidad y la posibilidad legal de hacer las investigaciones de lugar. La investigación procede porque de ser cierta la denuncia, se deben aplicar las sanciones de lugar, y si la denuncia que hacemos, en base a los datos que nos han aportado, es falsa, los actuales funcionarios del Banco de los Trabajadores, saldrán fortalecidos en sus funciones y actividades.
El Banco de los Trabajadores, al igual que la Superintendencia de Bancos, es una institución relacionada directamente con el Estado, y por tal razón el pueblo dominicano tiene pleno derecho de saber cómo se están manejando sus valores y cómo funciona la Superintendencia defendiendo el interés de todos los dominicanos en lo que a asuntos bancarios se refiere. No hay nada de privacidad en lo que a asuntos bancarios se refiere. No hay nada de privacidad en lo que se refiere al Banco de los Trabajadores y a la Superintendencia de Bancos, y por tanto cualquiera que sea el resultado de la investigación que se haga, si procede hacerse, debe ser de conocimiento de la opinión pública. (69)
Fuentes:
(67) El Nacional. 17 de diciembre 1982.
(68) El Nacional. 19 de diciembre 1982.
(69) El Nacional. 24 de diciembre 1982.
ContinuarÁ la próxima semana