La mortalidad materna ha sido una tragedia descuidada, y esto ha sucedido porque las que sufren son personas ignoradas, con menos fuerza e influencia sobre cómo se emplean los recursos nacionales, son pobres, y por encima de todo, mujeres”. Esta frase fue pronunciada en el año 1987 en la ciudad de Nairobi, Kenia, por el doctor Mahler, durante la famosa Conferencia Mundial Maternidad sin riesgo.
Entonces, muchos países a nivel mundial desconocían la cantidad de mujeres que morían a causa del embarazo (sobre todo los que están en vías de desarrollo, donde la mortalidad materna era 100 veces mayor que en los desarrollados). No tenían estadísticas ni registros de los casos. Algunos, ni siquiera había vuelto el rostro hacía esta problemática.
La Conferencia les abre los ojos, y las agendas en materia de salud pública empiezan a tomar apuntes: ¿qué hacer para detenerlo? Esa es la pregunta que todavía hoy, 27 años después, parece no tener respuesta.
Motivos
En 1993, la Organización Mundial de la Salud estableció que para considerarse una muerte materna se requería información sobre la causa específica de la misma: “Una muerte materna es aquella que le ocurre a una mujer durante el embarazo o en los 42 días posteriores a la terminación de éste, independientemente de su duración y sitio, debido a cualquier causa relacionada o agravada por el mismo o la atención recibida, pero no por causas accidentales o incidentales”. (Organización Mundial de la Salud, 1993).
Según el informe de seguimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (OMD) 2010, la tasa de mortalidad materna en República Dominicana estimó que a la razón de 100 mil nacidos vivos, 159 madres habían muerto. Catalogaron la cifra de “muy alta”, respecto al promedio de América Latina y El Caribe, que fue de 139.
Actualmente, las cifras dadas por el Instituto Nacional de Salud (INSALUD), no son muy alentadoras. Ciento seis (106) mujeres mueren por cada 100,000 nacimientos, según la coordinadora del Observatorio de Mortalidad Materna, Cecilia Villamán. Asimismo, nos da las estadísticas por hospitales, con los casos más altos:
La desigualdad que existe entre ricos y pobres queda en evidencia una vez más, marcando su territorio. En mayo de 2014, la Organización Mundial de la Salud estimó que el 99% de la mortalidad materna corresponde a los países en desarrollo. Y es precisamente en las sociedades económicamente vulnerables, con bajos índices de educación, en los que también la cultura de la donación voluntaria de sangre brilla por su ausencia.
Han sido estas preocupantes situaciones, vinculadas una a la otra, las que han motivado que este 2014 la campaña mundial de salud pública propuesto por la OMS para el Día Mundial de Donante de Sangre, sea “Sangre segura para las parturientas”.
De acuerdo a esta entidad, 800 mujeres mueren cada día “por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto. En el 2013 murieron 289 mil durante el embarazo y el parto, o después de ellos”, afirman. Lamentablemente la mayoría de los casos se registran en los países de ingresos bajos, poniendo en evidencia que la soga siempre termina por cortarse en la parte más frágil. Para ellos estas muertes son “inaceptables”, ya que una buena parte pudo haber salvado su vida tras una intervención médica adecuada y a tiempo.
Cecilia Villamán, de INSALUD, coincide con la OMS al advertir que las hemorragias graves durante el parto y el puerperio (siendo esto último, por definición de la Real Academia, el período que transcurre desde el parto hasta que la mujer vuelve al estado ordinario anterior a la gestación. Por lo general es un estado delicado), son una causa importante de la mortalidad femenina; y, al mismo tiempo reconocen que “el acceso a la sangre y a productos sanguíneos seguros, sigue siendo un problema”. Para el organismo de salud, el principal obstáculo es la carencia de una atención de calidad antes, durante y después del parto que pudiera brindárseles a las embarazadas.
“Donar no enferma”
Las reservas de los bancos de sangre deberían estar siempre llenas. Sólo que no es así. El verbo “deber” corre el peligro de quedarse siempre conjugado en futuro, debido a la pobre cultura que existe respecto a la donación de sangre voluntaria. Lo que sucede con la sangre almacenada, es que casi en el 80% de los casos, es por trueque. Una persona dona sangre cuando lo necesita, no para dejarla en reserva para que sea utilizada por un tercero. Es decir, que si alguien va a ser intervenido(a) quirúrgicamente, o un familiar, lleva un donante para poder recibir a cambio del banco de sangre la unidad o unidades que requiera para su operación. Lo que hace es una reposición.
“Donar no enferma ni daña”, nos dice enfático el Director de Bancos de Sangre de la Cruz Roja, el hematólogo César Matos. Es claro al explicar que no fuera imperante llevar un donante para adquirir una unidad de sangre si las personas donaran de forma voluntaria, pues las reservas estarían allí. De lo contrario, como sucede, disminuyen y están a la espera de que alguien las retire. Como pudimos comprobar en una visita al Banco de Sangre de la Cruz Roja Dominicana, cerca del 90% de las unidades llevaban el nombre de su propietario(a). Por eso, cuando una persona realmente la necesita y no tiene donante, recurre a los medios de comunicación o a las redes sociales, porque los bancos o no tienen sangre, o ya están comprometidas.
Preveer
Dice un refrán que una mujer precavida vale por dos. El especialista nos pone unos ejemplos de lo que puede sucederle a ellas durante los nueve meses de gestación y después de dar a luz; no para escandalizar, sino para tocar una realidad que no le es ajena. Es por eso que recomienda que todas las futuras madres tengan, ante cualquier eventualidad, una reserva de sangre para el momento del parto.
El primer caso que plantea sucede durante el tercer trimestre, donde la embarazada puede presentar complicaciones severas, como la preclamsia, la eclamcia y una complicación con una mortalidad altísima como lo es el Síndrome de HELPP (una afección, que si bien es rara, puede provocar insuficiencia pulmunar y cardiaca, daños hepáticos y renales, sangrado interno y desprendimiento temprano de la placenta, según el Centro Médico de la Universidad de Meryland).
Otro de las peligros que pueden suceder en el momento del parto es la Atonía uterina: después de dar a luz el útero queda muy flácido y empieza a sangrar de una manera tan “grosera”, que para salvarle la vida a la paciente hay que proceder de inmediato a realizar una histerectomía. Esto provoca que la mujer tenga un decenso del hematócrito y la hemoglobina. La transfusión de sangre, en ambos casos, puede salvarles la vida.
60% de la sangre en los bancos de sangre de la Cruz Roja dominicana es O+. Le sigue la A+. con un 30%. Las AB y las del tipo negativo quedan con el 10%.
20 % de las donaciones realizadas son voluntarias. El resto (80%) es por reposición. Existe un porcentaje no definido de manera formal, de personas que donan a cambio de dinero.
19% de las muertes maternas en RD son de adolescentes, en edades de entre 15 y 19 años, según el estudio Prevención del Embarazo en la Adolescencia publicado en el 2011.
“La población tiene que empoderarse en este tema de la donación como lo ha hecho con otros. Donar de manera voluntaria y altruista, no solamente porque mi familiar la necesita. Así tendremos una buena reserva de unidades de sangre para las situaciones difíciles”. Director del Banco de Sangre de la Cruz Roja Dominicana.
Mitos
* Se dice que cuando alguien produce mucha sangre es apto para donar, pero ojo, prodría tratarse de una enfermedad que afecta la médula ósea llamada Policitemia vera, que eleva los niveles de hematócritos por encima de lo normal. Quien lo padezca sí debe sacarse sangre de forma terapéutica pero ésta no puede ser destinada para donación.
* El término “unidad”, sustituye a lo que popularmente se le llama “pinta”, para referirse al almacenaje de la sangre.
* Los portadores falcémicos y quienes tienen tatuajes, pueden donar. Estos últimos, luego de tres meses de su procedimiento, asegura el doctor César Matos.
Requisitos para donar
* No se aconseja que esté en ayuno. Comer algo ligero y luego tomar mucho líquido.
* El hombre donante debe pesar 120 libras en adelante y la mujer más de 100 lbs.
* ¿Cuántas unidades por donación? Una persona solo puede donar una unidad de sangre cada vez y esperar al menos dos meses para la próxima.
* La edad de donación es desde los 18 hasta los 65 años de edad. Tanto para hombre como para mujer. El hombre puede donar cuatro veces al año y la mujer tres. Debido a la presencia de andrógenos, que estimulan la médula ósea para que produzca sangre, el hombre tiene el nivel de hematócritos más altos que la mujer. Eso favorece su capacidad de donación.
* El requisito por excelencia es que sea una persona completamente saludable.