Salsas básicas en la cocina

Sirven para acompañar a los platos realzando su sabor, textura o aroma. A veces, hasta roban el protagonismo al ingrediente principal. Las salsas se han hecho indispensables en cualquier cocina. Atrévete con todas y prueba tus propias recetas.

Sirven para acompañar a los platos realzando su sabor, textura o aroma. A veces, hasta roban el protagonismo al ingrediente principal. Las salsas se han hecho indispensables en cualquier cocina. Atrévete con todas y prueba tus propias recetas.Suaves, picantes, frías, calientes, dulces, agrias… la variedad de salsas existentes es casi tan amplia como la variedad de platos. Desde hace siglos se han usado para realzar o tapar el sabor de determinados alimentos, suavizar o endurecer texturas, potenciar aromas, ejercer de contraste, etc. Tanto es así que muchos platos deben su nombre más a ese aderezo que al resto de ingredientes en sí.

En todo este proceso las hierbas aromáticas han desempeñado un papel especial, al ser fundamentales en casi todas las elaboraciones. Así, por ejemplo, la pimienta o el azafrán son perfectas para dar color a las salsas que acompañan a los pescados; la nuez moscada y el clavo se usan para carne y pescado; la albahaca es la base de numerosas salsas italianas, y el perejil de la salsa verde.

Pero no sólo de hierbas se nutren las salsas. Las elaboradas con una base de mantequilla, huevo, harina o aceite han dado la vuelta al mundo, evolucionando en recetas tan conocidas como la mayonesa o la bechamel.

Las salsas pueden hacerse con ingredientes crudos: como las vinagretas, o las elaboradas con huevo, o bien cocinados, como la mayoría de aliños que acompañan a las carnes y los pescados. Dependiendo del tiempo que tengas y de los ingredientes que dispongas podrás hacer unas u otras.

Aquellas que tienen base de leche son básicas en la cocina de muchos países. Sin lugar a dudas, la más conocida es la bechamel. Elaborada con mantequilla, harina, leche, sal, pimienta y nuez moscada, es usada, sobre todo, en platos que van gratinados al horno, como el de calabacín con bechamel y queso azul.

Otra de las más conocidas con base de leche es la carbonara, aunque existen numerosas variaciones de ella. Se elabora con nata, leche y beicon y, en ocasiones, con huevos. Suele usarse, sobre todo, en platos de pasta italiana.

El huevo también sirve a algunas conocidísimas, como la mayonesa, elaborada con huevos, vinagre, limón, aceite y sal. Se usa, sobre todo, en platos fríos como acompañamiento de verduras y hortalizas, como espárragos, ensaladas, alcachofas o conservas como el atún. Además, existen numerosas variaciones como la salsa rosa, y otras como el alioli, la salsa de yogur o una mayonesa de alcaparras.

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