Cuando hablamos de los destinos caribeños, México indiscutiblemente lleva la delantera. De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (OMT), sólo en 2012 este país registró la llegada de 23.1 millones de turistas extranjeros. Y aunque en términos reales cayeron de la posición 10 hasta la número 13, siguen siendo el más visitado, según la Secretaría de Turismo mexicana, aportó divisas que alcanzaron los 13 mil millones de dólares.
Pero, ¿qué tiene México para que sea tan interesante para los turistas? Fácil, se apoya en sus ancestros, su mítica cultura y toda su historia, además de apoyarse en lo que muchos tenemos, las hermosas playas. La gente no sólo va a este destino a encerrarse en un hotel a pasársela entre la piscina, la playa, juegos de mesa, la animación del staff, los restaurantes, los bares y las discotecas. Como cuna de una de las sociedades más antiguas del Nuevo Mundo, que han llevado a uno de sus monumentos a ser considerado como una de las “Siete maravillas del mundo”, sumado a su mundialmente conocida y contagiosa gastronomía, además de su gran industria televisiva y cinematográfica, México entendió hace mucho tiempo que había algo más que sol y playa para vender.
Si en tus próximas vacaciones te decides por visitar la tierra de personalidades como Luis Miguel, Vicente Fernández, Frida Kahlo y María Feliz, te daré algunas recomendaciones de los lugares que son parada obligatoria.
Riviera Maya
Cada vez que se habla de hoteles, este es el nombre que sale a relucir. Este lugar ha sido diseñado para los turistas, con un corredor de unos 365 lujosos hoteles, restaurantes de primera categoría, modernos bares, exclusivos spas, grandes centros comerciales y bien cuidados campos de golf. No importa qué tan lujosos sean sus hoteles, siempre dan espacio a su riqueza cultural, como es el caso de sus temazcales, su versión prehispánica de los baños al vapor. Mientras que para sumergirte totalmente en la cultura del mundo maya, puedes dar un paseo por las ciudades de Tulum, Cobá y El Rey. Más aún, puedes visitar los pueblos de la región para probar platos prehispánicos o presenciar rituales religiosos.
Al igual que muchas de nuestras playas del Este, vende el concepto de playa de arenas blancas y finas, sus arrecifes coralinos son ideales para el buceo y snorkel. Aquí, en Playa del Carmen encontrarás múltiples tiendas de artesanía y para disfrutar de la vida nocturna. Pero también puedes disfrutar del ecoturismo, ya que gran parte de la región no está urbanizada.
Acapulco
Tuvo su “boom” en los 50, cuando las figuras de cine y televisión se escapaban por sus calles y convertían a este destino en el paraíso de las estrellas. Su empuje fue tal, que se convirtió en el lugar de reunión del jet set internacional, a tal punto que el propio Elvis Presley filmó allí la película “Fun in Acapulco”. Y aunque en la actualidad ya debe compartir el pastel con otras regiones del país, hoy en día cuenta con más de 200 hoteles, que aportan más de 18 mil habitaciones. Existen opciones para todos los gustos y presupuestos: desde cabañas económicas para viajeros mochileros hasta lujosos resorts para quienes buscan descansar sin escatimar en el precio. Su bahía es considerada “la reina de las playas mexicanas”, lo que lo convierte en el destino más grande y activo del país, porque Acapulco siempre está de fiesta.
Cancún
A tu disposición hay 22 kilómetros de playas blancas y es un poco como el hermano de Acapulco en aquello de las fiestas. Cancún está en el estado de Quintana Roo y forma parte del territorio de la antigua civilización maya y aún es considerado la entrada al Mundo Maya.
Chichén Itzá
Es el más conocido de los sitios arqueológicos mayas de Yucatán, fue nombrado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, y una de las “Siete Nuevas Maravillas del Mundo”. El sitio arqueológico cubre un área de 6.5 kilómetros cuadrados y puede ser visitado en un sólo día. Cuenta con dos zonas arquitectónicas distintivas. La zona sur se remonta al siglo VII y muestra la construcción temprana en el estilo maya Puuc y la zona central, construida después de la llegada de los toltecas alrededor del siglo X.
Las vistas y estructuras más impresionantes de Chichén Itza están situadas en la zona central. Ahí encontrarás el Juego de Pelota, varias plataformas, templos y el espectacular Castillo (Pirámide de Kukulkán), una enorme piedra de 25 metros que muestra el calendario maya.Cada año, durante los equinoccios de primavera y otoño, el sol crea la ilusión de una serpiente ascendiendo o descendiendo por las escaleras de la Pirámide de Kukulkán. Puedes pasar la noche en la cercana Hacienda Chichen, un lugar del siglo XVI bellamente restaurado y transformado en un lujoso hotel y spa.
Uxmal
Un espectacular ambiente selvático con pirámides y templos de piedra caliza rosada, es una de las ciudades antiguas más pintorescas en la región Puuc, que significa “colinas” en el maya yucateco. Este sitio nombrado por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad, fue uno de los asentamientos mayas más importantes en Yucatán, que tuvo su auge durante el periodo clásico tardío. Uxmal significa “construida tres veces” en maya yucateco, y se refiere a la construcción de la Pirámide del Adivino
Mazatlán
Se trata de un museo fuera de lo común, porque es totalmente natural. El aire acondicionado lo pone la brisa del mar y sólo hay una luz para iluminar las piezas, la del sol. Las Labradas es el museo al aire libre más grande de México, hogar de una de las colecciones de piedra tallada más finas del país –algunas piezas tienen más de mil 500 años de antigüedad– y se localiza en la playa de San Ignacio, en el pueblo pesquero Barras de Piaxtia, aproximadamente 45 minutos al norte de Mazatlán.
La Casa Azul
Está en Coyoacan, en uno de los barrios más bellos y antiguos de la Ciudad de México. La Casa Azul, donde nació y murió la artista Frida Kahlo, fue convertida en museo en 1958, cuatro años después de su muerte. Hoy es uno de los museos más concurridos en la capital mexicana, ya que mensualmente recibe cerca de 25 mil visitantes, 45% de ellos extranjeros. En él puedes encontrar los objetos personales de la artista, así como algunas de sus obras.
