El presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario, defendió ayer la “transparencia y la legitimidad” del proceso electoral y aseguró que los resultados de la jornada son la expresión genuina de la voluntad ciudadana, que el contenido esencial de las actas levantadas en cada uno de los colegios y juntas electorales se deriva de lo marcado por los votantes en cada boleta.
“La Junta Central Electoral cumplió su papel, a pesar de todas las situaciones creadas para impedir el buen desarrollo de las elecciones, estas fueron limpias, legítimas y transparentes; con lo cual damos garantía, de que los resultados son la expresión genuina de la voluntad de los ciudadanos y las ciudadanas, que concurrieron a las urnas el 15 de mayo”, afirmó Rosario en una alocución al país que se transmitió por Color Visión.
Sostuvo “que no se pretenda ahora pedir un “sacrificio inmerecido”, que no se desconozca la voluntad popular y se pretenda, “con argumentos insostenibles”, desarrollar otras agendas, que -dijo- siempre estuvieron “ocultas”.
El funcionario electoral informó que disponen de información que dan cuenta de que hubo intentos reales de hacer colapsar las elecciones y que, incluso, “algunas mentes muy creativas”, daban como un hecho que a las tres de la tarde de ese día de los comicios sería necesario interrumpir el proceso de votación y fijar una nueva fecha.
“¡Hasta ahí se llegó!”, resaltó.
Rosario explicó y justificó lo que sucedió en algunos colegios electorales donde no se completó el llenado de las relaciones de votación o que en las juntas electorales se haya prolongado tanto el conteo, o el reconteo, en los casos que así lo decidieron.
Dijo que en el caso de las juntas electorales, la dilación en la emisión de los boletines provisionales municipales tuvo que ver con la obligatoriedad de emplearse en la verificación que con frecuencia le era solicitada, por partidos y candidatos, y en tener que dedicarse a contar manualmente, en los diversos niveles.
Aseguró que, además, era frecuente que quienes solicitaban reconteos, “acosaban y presionaban” a las juntas electorales, interrumpiendo las tareas solicitadas por ellos mismos. “El propósito evidente era retardar la generación de resultados que ahora se critica”, precisó.
Indicó que dos razones afectaron el normal desenvolvimiento de los trabajos en los colegios electorales donde no se completó el llenado de las relaciones de votación. Expresó que la primera razón es de carácter humano, que tuvo que ver con la “extenuante” jornada que los miembros de esos colegios desarrollaron “en condiciones deplorables, debido al exceso de funciones que se les adicionaron al implementar el conteo tanto electrónico como manual en los tres niveles de elección, situación que -subrayó- generó en segundo lugar “el acoso y la presión permanentes a que fueron sometidos, por parte de delegados, de partidos y de candidatos”.
Expresó que la labor de los miembros de los colegios se trató de una tarea delicada y “muy compleja”, puesto que estaban llamados a realizar, en una sola noche, en vez de cuatro, ocho conteos en los niveles presidencial, municipal, congresual y el voto preferencial de diputados, última modalidad que la JCE intentó eliminar “debido a los efectos nocivos de ese sistema”, propuesta que encontró el rechazo de los legisladores, recordó Rosario.
“Esta enorme cantidad de operaciones, puestas a cargo del colegio, por los últimos requerimientos de los partidos, generaron muchas de las situaciones que hoy criticamos. Sin pretender justificar estas fallas, no puedo dejar de reconocer que en lugares muy específicos, funcionarios de colegios y personal de apoyo, en los días antes, y el propio día de la votación, se ausentaron de sus labores, abrumados por la larga jornada que implicó los cambios introducidos al procedimiento de escrutinio, en los colegios electorales”, dijo Rosario.
Acoso y presión a juntas y colegios
El presidente de la JCE sostuvo que las juntas y los colegios sufrieron los embates de quienes no se sentían favorecidos por los resultados. Dijo que sus miembros y secretarios y que, incluso, sus propias familias, fueron objeto de amenazas, presiones y hasta agresiones. Aprovechó para defender la integridad moral de ese personal y para agradecerles por su trabajo. Resaltó que daba fe de la honorabilidad y seriedad de los miembros de las juntas electorales y que ellos, con su valentía, con su “enorme vocación de servicio” y gran sacrificio, son los verdaderos héroes de la jornada democrática.
“Nunca como en esta ocasión se había visto tan amenazada la integridad de un proceso electoral. Estas circunstancias y situaciones, de hecho, obligaron al órgano electoral a concentrar sus esfuerzos en salvar las elecciones”, aseguró Rosario.
El presidente de la Junta afirmó, además, que desde mucho antes del día de la votación, algunos actores jugaron a la desestabilización del sistema, los que parecían más interesados en competir por deslucir la organización del proceso.
“Lo que ocurrió, y lo que se planificó, aunque está documentado, debidamente reportado, posiblemente no se sabrá, porque una vez se obtiene un resultado, el que no goza del favor de la mayoría, le atribuye la responsabilidad al árbitro, y al que gana, le preocupa más la gobernabilidad que la verdad”, informó.
Conteo manual: “duro golpe”
El funcionario electoral dijo también que “asestó un duro golpe al proceso electoral” la actuación “injustificada y sin sentido” de los partidos que apenas faltando días para la votación, “bajo premisas falsas, especulaciones y desinformaciones”, “obligaron” a la Junta e impusieron la vuelta a la manualidad, al conteo manual de los votos, lo que no estaba contemplado en la planificación estratégica electoral.
Sostuvo que también “contaminó y afectó el proceso electoral” la realidad de que el sistema electoral dominicano acusa un gran déficit en su legislación, de tal manera que no existe una correspondencia entre el desarrollo económico y social del país, y el sistema político y electoral.
“Por esa razón, hicimos todos los esfuerzos posibles para lograr una reforma en el régimen electoral, y una ley de partidos que permitiera que éstos cumplan con el postulado que sobre los mismos establece nuestra Constitución en el artículo 216, poniendo a cargo de estos partidos, la obligación de servir al interés nacional, al bienestar colectivo, y de contribuir a la formación y manifestación de la voluntad ciudadana”, subrayó.
Dijo que precisamente, la falta de leyes que permitieran a la JCE establecer límites razonables, en el financiamiento privado, en el gasto electoral, y en la publicidad y propaganda política, es uno de los causales fundamentales de muchas de las situaciones que se presentaron en el proceso y que deben ser corregidas.
El presidente de la JCE informó que datos suministrados por el departamento de Procesamiento de Datos de la Junta demuestran que de las 15 mil 339 unidades de transmisión R&E-2016 (Registro y escrutinio), que debió el organismo instalar, un total de 3,700 no tuvo capacidad de conectarse y transmitir informaciones, tanto por cuestiones de carácter técnico, como de incapacidad de algunos operadores, como de acciones de boicot, desarrolladas antes y durante la jornada de votación. Pero que lo importante, sin embargo, fue que 11,639 unidades pudieron conectarse y transmitir, es decir, el 76% de los equipos.
“Pese a las adversidades creadas alrededor de la automatización del proceso, y a los escollos que se presentaron en algunos lugares, el equipo de Registro de Concurrentes funcionó, y funcionó bien. Es decir, quienes expresan que estos equipos no fueron utilizados, no hacen más que confundir sus deseos con lo ocurrido, con la realidad”, dijo Rosario.
Conteo y reconteo daban prácticamente igual
Roberto Rosario informó que según datos de la Dirección de Elecciones el conteo manual se realizó en al menos 105 municipios, en los niveles A, B, C, y en el C1 y que igualmente en las juntas electorales, se llevó a cabo reconteo en 99 municipios, para satisfacer requerimientos de los partidos políticos, sobre actas de colegios que generalmente habían sido contadas, electrónica y manualmente. Dijo que en casi la totalidad, los resultados de un tercer conteo, no produjeron diferencias y que donde las hubo, fue de apenas uno o dos votos, salvo escasas excepciones. Informó que corresponde ahora a la otra instancia de la función electoral, el Tribunal Superior Electoral, conocer de los reparos, impugnaciones y apelaciones que se produzcan a propósito del servicio ofrecido por la JCE.