Los restos del cantante urbano Monkey Black fueron velados en Barcelona antes de ser trasladados, el próximo sábado, a su país natal República Dominicana.
Ayer, el padre del malogrado exponente urbano, “Papa Ñejo”, hacía gestiones en la funeraria Blandino, organizando el funeral, según informó Santiago Matías (Alofoke) en su cuenta de Twitter.
Monkey Black fue asesinado la noche del pasado 30 de abril, tras una disputa en un bar de un barrio conflictivo de Sant Adrià del Besòs (Barcelona), donde vivía. Recibió al menos dos cuchilladas, una en el tórax y otra en el costado, que le costaron la vida.
Según publicó el periódico El País en su versión digital, los Mossos d’Esquadra buscan a dos hombres, que huyeron del local, dejándose un móvil, y sus copas sin acabar.
La discusión fue con dos hombres, de etnia gitana, por motivos que todavía no están claros. “Le vi salir con la espalda ensangrentada”, contó una de las dueñas del local. Monkey Black apenas tuvo fuerzas para caminar unos metros. Intentó entrar en otro bar a pedir ayuda, pero se desplomó. Los agresores huyeron. “Todos saben quiénes son, o se entregan o iremos a por ellos”, amenazaron dos amigos de la víctima. Matías lamentó el temido y augurado final: “Era un talento, que intentó buscar una vida mejor en España”.
