A los requeterevolucionarios del ALBA parece que les está haciendo falta el dinero que repartía Chávez sin muchos miramientos, ya que no era suyo, sino de los venezolanos. Las reuniones del ALBA son cada vez más espaciadas y menos importantes políticamente. Las torpezas de Evo Morales, los asilos de Correa y los pajaritos de Chávez están a la misma altura que el tráfico de armas nucleares de los Castros hacia Corea del Norte.
Como contrapeso al ALBA ha surgido una Acuerdo del Pacífico, AP, que más que contrapeso político es de marcado interés económico para dinamizar las economías de Colombia, Chile, Perú y México, a los que se les sumarían Guatemala y Costa Rica. Esos países conforman unas economías en buen momento y con interés de consolidarlas.
Ese bloque, el AP, desde el punto de vista político, es más neutro que el de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, o ALBA, que básicamente es político y fue plataforma chavista “ad maiore Chávez gloriam”. La primera medida del grupo AP es la de tener un arancel cero para el 90% del comercio entre sus miembros; eso es acción económica para mejorar, no ruido político para confundir.
En la última reunión del ALBA Correa inició alabando al difunto Hugo Chávez, que según Correa “está más vivo que nunca”, y canta como pajarito a través de Twitter, a Maduro. Evo Morales, en su clásica torpeza argumental, como la de que Bolivia guerreó contra el imperio romano, presentó sus credenciales de “gran líder antiimperialista”, declarando el dos de agosto día del antiimperialismo y el anticolonialismo, ya que ese día nació “una nueva tesis política de la liberación de los pueblos del mundo”, continuando con perlas como “Ya basta de monarquías, oligarquías y jerarquías. Ya basta de anarquías del mercado. Nunca más países gobernados por banqueros y por empresarios”. Pero torpe como siempre, entró en cierta contradicción con Correa al afirmar que “Los recursos naturales, renovables y no renovables, no pueden estar en manos de las transnacionales¨, Correa, más listo, sabe que necesita del know-how de las multinacionales para explotar los recursos naturales explotables a nivel mundial.
Evo Morales, que ha utilizado la raza y sus llamados “pueblos originarios”, para hacerse el paladín racial, ahora tiene conflictos con esos pueblos originarios, que están al rebelarse y no quieren en Bolivia a Evo ni a Fidel. El tema racial en el Alba no ha sido más que una mera vocalización de ciertas vanidades raciales que todos oscuramente poseemos, sobre todo los políticos, que siempre ha sido fanfarrona, gesticulante, pendenciera e hipersensible.