Los resultados preliminares de las pasadas elecciones en Haití arrojan un candidato ganador. Se trata del empresario agrícola Jovenel Moise del partido Tet Kale, la organización política del expresidente Michel Martelly. De esta manera se concluiría un proceso que tiene más de un año de retraso, debido a que las elecciones de octubre del 2015 fueron declaras nulas y a los efectos provocados por el huracán Matthew. Aunque se trate de un tema interno de Haití, hay que tener en cuenta que dada la cercanía y las relaciones dominico-haitianas, lo que allí pase tiene repercusiones en este lado de la isla.
Hay dos hechos de este proceso político que podrían tener implicaciones negativas para la República Dominicana. El primero tiene que ver con la precaria calidad de las elecciones.
Los tres candidatos más votados de la oposición tienen serios cuestionamientos al proceso electoral y se niegan a reconocer los resultados de los comicios del 20 de noviembre. Se habla de impugnaciones formales y de manifestaciones sociales que ya iniciaron en algunas localidades de ese país. A lo anterior se suma la muy baja participación electoral, la cual resta legitimidad al proceso.
Esta situación indica que se está lejos de resolver el tema de la inestabilidad política en Haití. Todo apunta a que la conflictividad social y la ingobernabilidad se incrementarán con el gobierno que surja de estos criticados comicios. Aunque la comunidad internacional apueste a un mínimo de formalidad institucional como lo representan las elecciones recién transcurridas, sin la capacidad para establecer consenso entre la clase política, es difícil que la situación mejore.
Esta crisis política impide la consolidación de mecanismos institucionales que le permitan a Haití mantener relaciones estables con la República Dominicana. En esas condiciones, es muy difícil que ese país pueda cumplir con los acuerdos y compromisos comerciales, ambientales, migratorios y de seguridad a los que llegue con la República Dominicana.
El contexto político haitiano presenta pocas posibilidades de avances a la Comisión Mixta Bilateral Dominico-Haitiana que tiene años postergando el cumplimiento de su misión.
El segundo factor de las elecciones haitianas no tan halagüeño para el país, tiene que ver con el candidato que se perfila como ganador. Las relaciones con el expresidente Martelly fueron siempre tensas y el partido que éste representa, y que muy probablemente termine ganando las elecciones, ha mantenido posiciones de confrontación frente a los intereses dominicanos. Sin embargo, a pesar de estas adversidades, el país debe seguir propiciando el diálogo franco y abierto con Haití y procurando acuerdos que contribuyan al desarrollo de ambas naciones.