La reforma y el cierre fiscal de 2013

Los resultados recaudatorios de la reforma tributaria de fines de 2012 han sido pobres. El gobierno tuvo la intención inicial de incrementar los ingresos en unos RD$ 45 mil millones pero es muy probable que no llegue a RD$ 18 mil millones. Esto podría&#

Los resultados recaudatorios de la reforma tributaria de fines de 2012 han sido pobres. El gobierno tuvo la intención inicial de incrementar los ingresos en unos RD$ 45 mil millones pero es muy probable que no llegue a RD$ 18 mil millones. Esto podría suponer un riesgo para alcanzar las metas fiscales para 2013 y podrían incrementar la demanda de financiamiento para cerrar el año. Si hasta ahora no lo ha hecho es debido a las contribuciones extraordinarias del proyecto Barrick-Pueblo Viejo, y por los RD$ 4,700 millones que ha aportado la Ley de Amnistía. El lado negativo de esto es que esos recursos extraordinarios, que debieron haber servido para proyectos extraordinarios, terminarán en la bolsa común, financiando muchas de las cosas que no queremos que se sigan financiando.

Pero ¿Por qué fracasó la reforma? Por dos razones principales. La primera es que la ley aprobada por el Congreso distó mucho de la propuesta por el gobierno. Encima de eso, el mismo gobierno renunció a aplicar una figura impositiva importante.

Del paquete original presentado,  fueron eliminados el llamado monotributo para pequeños negocios, la supresión de la exención del impuesto sobre la renta al salario navideño, el incremento del impuesto a las transferencias inmobiliarias, y el impuesto a las bebidas no alcohólicas. Al mismo tiempo, la tasa del ITBIS para 2013 para productos antes exentos fue reducida desde 10% hasta 8%, y las reducciones de las exenciones a los proyectos de energía renovable, al sector turismo y a la industria del cine fueron recortadas.  Además, la propuesta de paralizar el otorgamiento de exenciones a nuevas empresas al amparo de la ley de desarrollo fronterizo fue repelida. Por último, la aplicación del Impuesto a la Circulación Vehicular (ICV) fue pospuesta de forma administrativa.

Las figuras más importantes que sobrevivieron fueron la ampliación de la base del ITBIS, el impuesto sobre los dividendos, el impuesto sobre los beneficios por intereses, el aumento del impuesto sobre combustibles y el aumento de los selectivos a bebidas alcohólicas y productos de tabaco. Otras figuras aprobadas pero con menor poder recaudador fueron la modificación del impuesto a la propiedad inmobiliaria, la aplicación del selectivo a las telecomunicaciones a los servicios de televisión por cable, y el incremento en las retenciones a proveedores del Estado. En adición, se aprobó no otorgar nuevos permisos para zonas francas especiales.

La segunda razón es que la actividad económica se deprimió de manera significativa, lo que erosionó la base de recaudación. Entre enero y septiembre de 2013, el crecimiento promedio del valor de las operaciones de productos gravados por el ITBIS respecto a 2012 fue apenas de 5.7%.  Eso, en términos reales, significa un estancamiento del volumen de las ventas. Para que se tenga una idea, en ese mismo período de 2012, el crecimiento fue del doble. Es cierto que la reforma contribuyó a ese desplome, porque redujo el poder de compra de las empresas y personas y porque generó una expectativa negativa que paralizó compras e inversiones, pero a su vez la caída de la producción influyó negativamente en los ingresos públicos.

El resultado de todo esto es que hasta octubre, la DGII se estaba quedando corta en sus metas de recaudación en casi RD$ 7 mil millones, y de seguir a ese ritmo en diciembre superaría los RD$ 8,300 millones. Durante los primeros seis meses del año, el cumplimiento de las metas de recaudación fue casi de 100%, muy probablemente ayudado por los recursos que generó la Amnistía. Pero entre julio y octubre, el cumplimiento fue de menos de 94%, en la medida en que el efecto recaudador de la Amnistía se empezó a agotar.

Es por ello que en este segundo semestre, el cierre fiscal del año depende críticamente de los aportes mineros. Hasta octubre estos habían llegado a menos de RD$ 4,700 millones pero el gobierno está contando con recibir un total de RD$ 13,500 millones. Faltan casi RD$ 9 mil millones y quedan sólo dos meses de reportes fiscales.

Así de frágil continúa la situación fiscal y ese es uno de los legados de corto plazo que está dejando una reforma sin legitimidad. Un diálogo franco y pausado con la sociedad pudiese haber tenido otro resultado.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas