Madrid. Durante dos legislaturas estuvieron enfrentados, uno en el escaño de presidente del gobierno y el otro en el de jefe de la oposición.José Luis Rodríguez Zapatero, de 51 años, y Mariano Rajoy, de 56, se despidieron en el Congreso de los Diputados, el primero ya como ex presidente del gobierno español y el segundo, como jefe del Ejecutivo investido por el Congreso de los Diputados.
En los últimos tiempos, la relación personal entre el socialista y el conservador se ha estrechado, al parecer por las numerosas conversaciones telefónicas que mantuvieron desde la victoria del Partido Popular (PP) en las elecciones generales del 20 de noviembre. Desde entonces y hasta ayer, tuvieron que discutir y pactar asuntos importantes para una España en crisis económica que se afana por recuperar la confianza de los mercados y del núcleo duro de la Unión Europea (UE) en estos tiempos que corren.
“Creo que usted acertó y se equivocó, como todos, por otra parte”, dijo Rajoy a Zapatero, en su última intervención en la tribuna antes de ser investido jefe del gobierno. El líder del PP no quiso dejar pasar ese momento sin dedicar unas palabras de afecto al socialista, al que expresó sus mejores deseos ahora que abandona la primera línea política.
Finalizada la votación de investidura de Rajoy, que hoy jurará su cargo ante el rey Juan Carlos, Zapatero fue el primero en levantarse y felicitarle con un apretón de mano.
Un nuevo capítulo
Rajoy tendrá una difícil tarea: sacar al país de su peor crisis económica en décadas. El líder del conservador Partido Popular sube al poder después de siete años en la oposición y lo hace con los mejores resultados electorales en la historia democrática de España.
De cara al nuevo capítulo que se abre en España, Rajoy prometió que no habrá milagros, pero sí “trabajo, seriedad y constancia”. También situó la lucha contra el desempleo, el déficit público y el estancamiento económico entre sus prioridades.