Recientemente publicamos un artículo que titulamos “El 2012 Comenzará en Junio”, el cual lo hicimos sólo con el propósito de llamar la atención sobre un tema que nos debe preocupar a todos los dominicanos, pues a todos nos atañe.
La esencia de nuestro mensaje es que posiblemente el Gobierno decida durante este período electoral, activar la economía más allá de lo que la prudencia aconseja en estos momentos de crisis internacional, lo mismo que hizo en el 2008, con serias repercusiones que todos tuvimos que pagar en los meses posteriores.
Lamentablemente estamos presenciando nuevas manifestaciones que corroboran nuestro presentimiento. Por ejemplo, recientemente el Senado de la República aprobó en dos lecturas consecutivas un proyecto de ley que autoriza al Banco de Reservas a conceder un préstamos de 1,000 millones de pesos para poder cubrir el doble sueldo de los ayuntamientos y otras instituciones públicas, el cual deberá ser pagado en un plazo de 11 meses, es decir, que podrá corresponder a la próxima administración.
Asimismo, los senadores aprobaron sin discusión un proyecto de ley que permite al Banco de Reservas convertir una línea de crédito de corto plazo por 210 millones de dólares, en un préstamo a largo plazo con un período de gracias de 12 meses, lo que también pospone el inicio del pago de este préstamo para finales del próximo año.
Con esta medida, el Gobierno libera los recursos que estaban destinados para el pago de esta línea de crédito a fin de que puedan ser destinados para cubrir cualquier otro gasto. De igual manera, en la misma sesión, los senadores también aprobaron una emisión de bonos del Gobierno por 18,000 millones de pesos para financiar gastos del próximo año.
Si analizamos lo que sucedió después de las elecciones del 2008, podemos apreciar que en los meses posteriores, el Gobierno tuvo que hacer grandes ajustes para meter nuevamente la economía en el carril.
Así presenciamos reducciones violentas de las inversiones públicas en el segundo semestre del año, también aumentos considerables de las tasas de interés y una fuerte contracción de las importaciones para poder enfrentar un déficit insostenible en la cuenta corriente, todo lo cual produjo un decrecimiento de prácticamente todas las actividades económicas y otras consecuencias igualmente negativas, lo que sólo pudo ser superado finalmente a partir del 2009 gracias a los cuantiosos recursos que nos proporcionó el nuevo acuerdo firmado con el FMI en noviembre de ese año.
En esta ocasión, desafortunadamente no podemos contar con otro nuevo acuerdo con el FMI de la misma naturaleza expansiva y por tanto, todos los ajustes tendremos que hacerlos con nuestros propios recursos.
Por estas razones no nos cansaremos de solicitar prudencia al Gobierno y pedirle que anteponga el interés de la colectividad, ante cualquier otro tipo de interés. l