Lo mejor que se puede hacer a sí mismo Félix Bautista, y de paso a San Juan de la Maguana y al país, es renunciar a su curul de senador. Es lo mejor para todos, porque son tantas sus ocupaciones e intereses que perder su valioso tiempo en labores legislativas no es más que eso; una pérdida de tiempo.
Félix Bautista es secretario de organización del PLD, el partido que gobierna el país en este momento. Además, el Midas Bautista es un empresario de la industria de la construcción con múltiples empresas y empresitas que operan en sitios tan distintos como Panamá, Haití y vaya usted a saber donde más.
Además, el señor Bautista tiene o tenía, porque algunas están en la cárcel, un grupo de amigas, como “las champañeras”, que exigen mucho tiempo para divertirse mientras consiguen contratas para obras públicas. Son demasiadas actividades para que una mente no se fatigue y deje de cumplir nimiedades como las de pensar y hacer leyes para el país y de trabajar, sin fines de lucro, desde fundaciones como la “Iluminadora” Fundación Nacional de Desarrollo Integral (FUNDI), y la Fundación Félix Bautista (FFB), instituciones que desarrollan su labor de manera especial en San Juan, una provincia tan llena de pobres como las demás de esa región tan cercana a Haití, fundamentalmente en temas relacionados con la juventud, según dice en su página web el afanoso senador. Donde también dice, que actualmente se encuentra trabajando en su tesis para optar por el título de Doctor en Economía de la Universidad del País Vasco, España. El tema de esa tesis trata sobre “…el impacto económico de las concesiones de obras y servicios públicos: La visión de Europa y América Latina, El caso dominicano”. Tesis que deberá ser texto obligado en las facultades de ingeniería, arquitectura, economía, y administración, visto el éxito económico que tiene su postulante.
En muchas actividades -y la política no es la excepción- existen personas que aparentan ser capaces y de alto desempeño, pero que llega un momento en el que colapsan porque les ha llegado su nivel de incompetencia; es decir, que a partir de una tarea más todo el conjunto de sus actividades comienza a degenerar y sus cerebros comienzan a cometer errores que pueden destruir todo lo construido hasta ese momento de inflexión en que acepta un peldaño más en su larga cadena de gestión. Sobre todo ahora como demandante internacional de justicia. Y no queremos eso, que un simple ayudante de sastre, que aún habiendo estado preso por malversación de dinero público, que ha conseguido tantos logros, tanto dinero, se vaya a pique por exigirse, además, ser senador.