El sábado en la noche pude observar por televisión el partido entre los Thunder de Oklahoma y los Spurs de San Antonio. Es probable que, por su astucia, estética y fineza para jugar al baloncesto, San Antonio no sea el parámetro justo o ideal para juzgar al equipo de Oklahoma. Pero lo cierto es que mi percepción acerca de los Thunder va más allá de este match ante los Spurs de San Antonio.
Es más que evidente que la escuadra de OKC tiene un enorme problema para cerrar los partidos. De hecho, ellos han perdido doce encuentros que, al entrar al cuarto parcial, habían estado ganando. Esa es una cifra imperdonable para un equipo con aspiraciones para ser campeón en la NBA. Ese día, por ejemplo, Oklahoma no convirtió un canasto en los últimos 3:53 de juego, algo que se ha convertido en una costumbre.
Lamentablemente su nuevo dirigente, Billy Donovan, no ha llenado las expectativas al frente de esa escuadra, que, por la naturaleza de sus dos principales jugadores, no acostumbra a jugar de manera organizada, no corre muchos sistemas. Kevin Durant y Russell Westbrook parece que agotaron su ciclo como pareja, aunque duela decirlo. O es eso o es que necesitan a algún otro jugador para dar el siguiente paso. Cuando uno de ellos o los dos se encasquillan, es difícil ver a alguien más tomar el control y está más que claro que eso sucede por diseño del dirigente Donovan.
Pienso esto porque varias veces he visto juegos apretados de los Thunder y claramente nadie quiere tirar la pelota a la hora buena. Eso no sucede dentro de los equipos con ribetes de campeones, que si bien, hay un jugador señalado para hacer los disparos apremiantes, cualquier otro tiene la capacidad para resolver si el plan inicial no funciona.
Oklahoma tiene hombres que pueden hacer ese trabajo, sin restarle a Durant y Westbrook. Ellos tienen gente como Dion Waiters y Andre Roberson, por ejemplo, que deben tomar más protagonismo si quien llegar algo más lejos. Pero no solo su ofensiva tiene ese problema, su defensa, que permite más de 100 puntos promedio, ha dejado mucho que desear en esta temporada de la NBA.
¿Qué pasa con los Thunder?