El comienzo de este año, como debe ser el comienzo de cada nuevo año, es un tiempo apropiado para hacer planes, programar la agenda de nuestras vidas para los próximos 12 meses, sin olvidar que “el hombre propone y Dios dispone”, que estamos en el mundo por un tiempo limitado, ese que los hombres desconocen y que solo el Altísimo sabe con exactitud cuándo terminará.
Por eso, aun con esas condiciones, no está de más hacer planes, proyectos, diseñar el trayecto de estos próximos 365 días.
En lo inmediato, y como un decreto, me propongo ser feliz y tratar de hacer feliz a otros, no esperar nada de nadie, pero tampoco excederme en lo que entregue.
Aprender a amar lo que tenemos, lo que es nuestro y a quienes están a nuestro lado porque quieren, porque así lo desean, aprovechar para agradecerles su tiempo a nuestro lado. Como meta de nuevo año, una buena decisión es estar en paz con todos, aunque sus acciones nos recuerden que no todos poseen las mismas capacidades, ni el mismo nivel de lealtad, que la mayoría ha hecho de la hipocresía un estilo de vida, una religión.
A esos, no nos queda más que respetarlos, pues esa es su elección, así como otros eligen la honestidad y decir lo que sienten a costa de su propia felicidad, aunque gracias a esto se queden cada vez más solos, aislados del resto.
Valorar la salud, sobre todo la salud espiritual, que es a resumidas cuentas la más importante, ya que de ésta dependerá la salud en sentido general; por eso, es la más difícil de lograr y debemos estar al tanto de aquellas cosas que influyen de manera determinante para obtenerla o para perderla.
Cuando identificamos los factores que nos afectan de forma negativa, los aislamos y de esta manera preservamos nuestra salud espiritual. Es verdad que a veces muchos de estos factores los creemos necesarios en nuestras vidas, quizás indispensables, pero solo es parte de una realidad creada por nosotros mismos, porque cuando ponemos todo en la balanza nos damos cuenta cuáles son las cosas verdaderamente importantes, las que nos hacen bien, las que contribuyen de manera positiva en nuestras vidas, y es a esas a las que debemos dar cabida, lo demás siempre estará de más.