Santiago.-Para mejorar la calidad de la democracia dominicana se requiere de la aprobación conjunta de la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, de la Ley de Régimen Electoral y de un cambio en la cultura política del país.
Así lo afirmaron el senador Julio César Valentín Jiminián y la politóloga Olaya Dotel al participar en el Diálogo sobre Políticas Públicas que se desarrolla en la ciudad de Santiago con la organización de la Fundación Solidaridad, el Centro Integral para el Desarrollo Local (CIDEL) y el Recinto Santiago de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
El legislador y la catedrática universitaria, en esta ocasión abordaron el tema ¿Puede una Ley de partidos políticos contribuir a mejorar la calidad de la democracia en República Dominicana?.
El senador Valentín entiende que una democracia de calidad es posible, pero se requiere poner límites al financiamiento de los partidos políticos, a las campañas políticas a destiempo y superar las prácticas asistenciales y clientelares.
Indicó también, que una ley de partidos políticos debe contribuir a mejorar la democracia interna de los partidos, la transparencia y la rendición de cuentas. Favoreció la intervención de la Junta Central Electoral en los procesos internos de los partidos a fin de garantizar la participación política con criterio de equidad.
En opinión del senador Julio Cesar Valentín la tardanza en la aprobación de la Ley de Partidos está fundamentada en que los partidos políticos con representación en el congreso han obrado en función de lo que le conviene en cada momento y no en el interés general. La politóloga Olaya Dotel expuso que la pobreza, la cooptación de los órganos responsables de la regular la vida político electoral del país y la impunidad, son elementos que deterioran la democracia y dificultan la aplicación de leyes que vaya en pos del fortalecimiento de ésta.
No obstante, dijo, que la situación que viven los partidos y organizaciones políticas, en este contexto histórico, demanda de una respuesta que contribuya a dar mayor nivel de garantías democráticas a quienes hacen vida partidaria, lo que a su vez debe repercutir en una mayor democratización de la sociedad política dominicana.
La formulación y aprobación de una Ley de Partidos debe proveer respuestas que trasciendan las necesidades coyunturales y los intereses partidarios, manifestando además, que la misma debe contribuir a eliminar los principales males que afectan a dichas organizaciones, entre lo que está la lógica patrimonial que se ha apoderado de la vida partidaria en el país.