Omar Javier, realizador de la cinta, promovía el reality show que buscaba grabar con dos cámaras dentro de la vivienda, ubicada a orilla de la autopista Duarte, a una persona que permaneciera 24 horas en el inmueble, a cambio de un premio de un millón de pesos. El concurso era promovido en la radio.
Los interesados en participar debían pagar 200 pesos por la entrada a ver la película y llenar un boleto que se depositaba en una urna, de donde se sacaría a un ganador que sería el elegido para pasar las 24 horas en la vivienda.
“Los dueños de la casa no nos han querido dar la cara. Pero ahora dicen, a través de la persona que la cuida, que está prohibido entrar a la casa y eso nos ha traído complicaciones ahora, porque teníamos una promoción para realizar el reality show desde las 6:00 de la tarde del miércoles a las 6:00 de la tarde del jueves de esta semana”, dijo a elCaribe uno de los promotores de la película.
“Íbamos a estar grabando con dos cámaras y al concursante se le iba a pasar la alimentación desde que entrara hasta el final. Sería una sola persona dentro, sin celular, sin reloj, sin pastilla, sin bebidas alcohólicas, sin nada”, informó.
Se quejó de que el domingo se le impidió entrar a la casa. Según el propio director de la cinta Omar Javier, sólo contaban con la autorización informal de un vigilante que cuida la propiedad para rodar la película, en un proceso de filmación que llevó más de un año y que ahora podría llevarlo a enfrentar una demanda judicial de la inmobiliaria Gamundi, que ostenta la propiedad de la casa sobre la que se tejen mitos.