El exprocurador general de la República, Radhamés Jiménez, evade hablar con la prensa, se esconde y hasta ha cambiado de domicilio tras ser involucrado a una supuesta red que se dedica a manipular procesos judiciales y negociar libertades de personas ligadas al crimen organizado.
Jiménez, quien según Participación Ciudadana fue la persona que ordenó a la jueza Awilda Reyes Beltré devolver 20 millones de dólares a la empresa constructora de la torre Atiemar y la libertad del regidor por Pedro Brand, Erinson de los Santos Solís, no contesta las llamadas y en su oficina siempre se informa que él está fuera de la ciudad.
Ayer, los reporteros de elCaribe estuvieron en su oficina alojada en el nivel 5 del edificio NP-1 ubicado en la calle Frank Félix Miranda, del ensanche Naco, e informaron que estaba en Samaná cuando en realidad estaba despachando desde allí.
Pasado el mediodía, tras buscar todos los medios posibles para salir del lugar sin ser visto; decir que no está; hacer que todo el personal salga de la oficina, cerrar las puertas y que el personal baje junto con los reporteros por el ascensor, Jiménez se escabulló por la puertecita de atrás del edificio.
El exprocurador se mudó la semana pasada del Apartamento 2-A del edificio Ana Delia de la avenida Enriquillo #67, urbanización Renacimiento donde residía, a una torre en la avenida Bolívar.
Ayer lo visitó el procurador adjunto y director de la Oficina de Representación Legal a Víctimas, Moisés Ferrer, quien lo defendió asegurando que él es serio y que no se involucra con el crimen. También estuvo el exjuez y abogado Pedro Balbuena quien, según las informaciones de pasillo, fue la persona garante de que al regidor se le debía poner en libertad y subió al estrado en las últimas audiencias como abogado del imputado.
